Vox se prepara para su segunda gran batalla y la que marcará cuál será su tendencia para los próximos años. Después de afrontar el reto de crear un partido en apenas unos meses, la formación tendrá ahora que demostrar hasta qué punto es un proyecto consolidado y con aspiraciones de futuro.
Aunque las encuestas posteriores al 28-A y, sobre todo, las que siguieron a las elecciones europeas, autonómicas y municipales, auguraban un hundimiento del partido, en las últimas semanas varios sondeos prevén que podrían mantener sus posiciones e, incluso, mejorar ligeramente.
"Estamos subiendo", aseguran fuentes de la dirección de Vox a Libertad Digital, convencidos de que lo ocurrido con la Delegación de Irán en el Congreso y los discursos de Santiago Abascal desde la tribuna han contribuido a esa mejora. "Somos el partido que menos ha defraudado", presumen.
La formación confía en poder absorber parte de los votantes "cabreados" con la repetición electoral. "El que quiera mostrar descontento con el sistema puede votar a Vox porque nuestro voto es el que más daño hace al consenso", aseguran fuentes del partido que animan a los "discrepantes", a los que "están hartos de que nada cambie", a confiar en ellos. "Aspiramos a entusiasmar, tenemos un factor de ilusión y esperanza que el resto de partidos no", añaden.
En el partido se muestran convencidos de que PP y PSOE llevarán a cabo una "ofensiva" contra el resto para, a través de la estrategia del voto útil, reforzar el bipartidismo. "Quieren arrinconarnos", asegura un miembro de Vox.
El 'efecto Errejón' en Vox
En este punto, la formación podría rivalizar con Más País, el nuevo partido de Íñigo Errejón que amenaza con dar una patada al tablero electoral y complicar todavía más el enrevesado mapa de alianzas políticas para lograr una mayoría.
"El efecto Errejón puede afectarnos de forma negativa porque puede recoger a votantes descontentos con Podemos, menos ideologizados, que podrían venir a nosotros", admiten en Vox.
La parte positiva, añaden, es que la división del voto de izquierdas puede acabar siendo beneficioso en el reparto de escaños. "No es difícil que los restos nos favorezcan", aseguran.
La campaña electoral
Vox ultima esta semana los detalles de su campaña electoral que dirige, al igual que el pasado 28A, Santiago Abascal. En esta ocasión el protagonismo se repartirá entre los cuatro principales líderes, a diferencia de lo que ocurrió en la anterior convocatoria cuando el foco se puso sobre el presidente y el secretario general.
"Nuestro líder es muy generoso y poco egocéntrico, no quiere centrarla sólo en él", aseguran un destacado dirigente de la formación que desvela la participación activa tanto de Abascal como de Javier Ortega Smith, Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio. Habrá una combinación de grandes mítines y pequeños actos para recorrer toda España y estar cerca de la gente.
La inmigración será uno de los ejes centrales de sus discursos, como viene ocurriendo a través de las redes sociales en las últimas semanas. Entre sus propuestas más llamativas, la construcción de un muro en la frontera con Marruecos, la expulsión de todos los inmigrantes ilegales o el recorte de ayudas a los menores no acompañados (menas).
Inevitablemente la cuestión nacional, con la amenaza separatista y el juicio del 1-O, será uno de los temas más destacados durante la campaña con propuestas como la ilegalización de partidos nacionalistas o la supresión de la autonomía catalana. Otro de los asuntos del que hablarán especialmente será la economía y la necesidad de reducir impuestos a las clases medias.