Después de cuatro años de gobierno, la derrota de Manuela Carmena en las urnas ha sido recibida con sorpresa y desilusión por unos votantes —los suyos— que consideran que su mandato ha sido inmejorable en muchos aspectos. Entre todas sus medidas, una de las cuestiones que más ha sido ensalzada ha sido su gestión cultural, un área, sin embargo, que ha estado salpicada de polémicas desde casi el mismo día que fue nombrada alcaldesa de la capital.
Los primeros meses de Carmena al frente del Ayuntamiento, de hecho, estuvieron inevitablemente ligados al nombre de Celia Mayer, concejal de Cultura que terminó siendo destituida a comienzos de 2017 —y recolocada en un puesto creado exclusivamente para ella: Igualdad de Género—. En enero de 2016, la primera polémica protagonizada por Mayer tuvo que ver con los cambios significativos introducidos en la tradicional Cabalgata de Reyes, en esa ocasión de reinas magas, algo que no gustó demasiado a numerosas familias. Tan sólo un mes después, el grupo del PP en el Ayuntamiento pidió su dimisión por la retirada de símbolos asociados al franquismo sin seguir la legalidad y sin consultárselo a Patrimonio: la medida más sonada a ese respecto fue la retirada de la placa a ocho beatos carmelitas asesinados del cementerio parroquial de Carabanchel Bajo, algo por lo que la propia Carmena tuvo que pedir disculpas y rectificar, formando un Comisionado especial para la Memoria Histórica y rompiendo con la cátedra de la Universidad Complutense un contrato para la realización del callejero franquista que, al parecer, había sido adjudicado a dedo por la propia Mayer. En la lista de "calles franquistas" estaban las dedicadas a Pedro Muñoz Seca, de Ramón Gómez de la Serna o Miguel Mihura.
Aquellas fueron fechas frenéticas, ya que sólo unos días después ocurrió la sonada detención a dos titiriteros que habían llevado a cabo un espectáculo infantil programado por Madrid Destino para las festividades de Carnaval. Ambos fueron acusados de enaltecimiento del terrorismo por exhibir delante de los niños un cartel que rezaba Gora Alka ETA.
También durante aquel 2016 fue destituido Carlos Pérez de la Fuente como director del Teatro Español pese a que según la ley debía permanecer en el cargo hasta 2018 —había sido elegido por concurso público en 2014 para un puesto que debía ocupar durante cuatro años—. El gobierno de Carmena no sólo no respetó su contrato, sino que además no hizo caso de la solicitud del pleno del Ayuntamiento de restituirle y decidió, en su lugar, convocar un nuevo concurso para cubrir el puesto.
En 2017, la gota colmó el vaso y el mundo del teatro se rebeló contra las medidas aleatorias que estaban llevando a cabo desde la alcaldía. La retirada de los nombres de los dramaturgos Max Aub y Fernando Arrabal de las salas del Matadero fue duramente criticada y Carmena, después de dos años de problemas constantes, tuvo que destituir a Mayer como concejala de Cultura. Al poco tiempo esas salas recuperaron su anterior nomenclatura.
Precisamente, la destitución de Mayer trajo consigo otro de las medidas polémicas de Carmena, pues la edil decidió hacerse cargo ella misma del área a la espera de una "profunda reorganización" que nunca tuvo tiempo de realizar.
"Red clientelar"
Otra de las sombras en la gestión cultural del Ayuntamiento de Madrid está relacionada con las subvenciones, una cuestión muy criticada por la oposición. El Partido Popular presentó ante la Fiscalía Anticorrupción una denuncia contra el Gobierno de Ahora Madrid y Manuela Carmena por una supuesta "red clientelar" en los contratos adjudicados a entidades cercanas. Se nombraba por ejemplo la Asociación Calatea, un grupo de artes escénicas e intervención social que fundó en 2014 Paula Cueto Noguerol, hija del coordinador general de Alcaldía, Luis Cueto. Se le concedieron 20.558,90 euros para "un proyecto social contra la violencia de género y sexual" en teatros e institutos de la ciudad.
Sin grandes galas de cine
Con Carmena, además, la capital se quedó sin las grandes galas del cine. Sus organizadores buscaron fuera de Madrid el apoyo que no lograron dentro, a pesar de que Manuela Carmena sacó pecho en la alfombra roja de los Goya de 2018. "El Ayuntamiento de Madrid va a apoyar a muerte al cine", aseguró por entonces. Sin embargo, los Premios Goya se marcharon a Sevilla, los Forqué viajaron hasta Zaragoza y los Feroz se entregaron en Bilbao.
"Es el resultado de la falta de un proyecto cultural serio y ambicioso para Madrid. En cuanto al apoyo económico, habrá que preguntarse por qué este Ayuntamiento malgastó más de un millón de euros en el Festival de Bollywood que no dejó nada en la ciudad", criticó la portavoz de Cultura del Grupo Municipal del PP en Madrid, Isabel Rosell.
La tauromaquía ha sido otro de los sectores más olvidados por este Ayuntamiento en la última legislatura. El área cultural excluyó los toros de la programación de San Isidro alegando que se trataba de un evento privado y ajeno a la programación cultural de las fiestas patronales de Madrid. Sin embargo, el propio programa de fiestas incluía actos gestionados por empresas privadas.
Asimismo, Carmena retiró toda la financiación a la Escuela Taurina Marcial Lalanda, en la que se formaron profesionales como José Miguel Arroyo 'Joselito', 'El Juli', José Luis Bote o José Pedro Prados 'El Fundi'. Esta medida provocó el cese de su actividad y su expulsión de la Venta del Batán. Sin embargo la Comunidad de Madrid y la empresa que gestiona la plaza de toros de Las Ventas crearon la Escuela Taurina de la Comunidad de Madrid José Cubero 'Yiyo' para que los alumnos pudieran seguir formándose en la propia Monumental madrileña.
La Feria del Libro
El Ayuntamiento de Madrid ha reiterado su compromiso con la Feria del Libro cuando se filtró la noticia que tenía pensado trasladarla a Ifema pero en esta edición ha vuelto ha reducir el espacio asignado dentro del Parque del Retiro. Debido a la supuesta "fragilidad" del parque, las casetas han visto mermar su tamaño. "No tiene explicación que tengas una editorial de 3.000 títulos en una caseta de tres metros", lamentó en Libertad Digital Manuel Gil, director de la Feria del Libro.
Está claro que los libros no han estado en la agenda de Carmena. Prometió nuevas bibliotecas en Las Tablas, Montecarmelo, Villaverde, Hortaleza, Ensanche de Vallecas, Pueblo de Barajas y Mercado de Frutas, pero ninguna ha llegado.
La relación entre la Banda Sinfónica de Madrid y el Gobierno municipal tampoco ha sido buena durante esta legislatura. La Banda está sin director a la espera de que se resuelva el concurso público que el Consistorio convocará para ocupar esa vacante, después de la dimisión de Rafael Sanz-Espert. Además, en enero de 2018, algunos músicos se presentaron ante la Comisión de Cultura con camisetas y pancartas en las que reclamaban una "sede digna".