Jordi Cuixart habría sido víctima de un complot político y mediático para incriminarle como uno de los instigadores del asedio a la consejería de Economía del 20 de septiembre. Y nada más lejos de la realidad, según asegura la entidad separatista Òmnium Cultural que preside el propio preso. La defensa de Cuixart, dirigida por Marina Roig, Àlex Solà y el exdiputado de la CUP Benet Salellas, disponía de dos periciales que vendrían a demostrar que Cuixart no tuvo ni arte ni parte en los sucesos del cerco a la comitiva judicial, siempre según la versión de parte.
Así, Òmniun denuncia que el Tribunal Supremo ha impedido la práctica de dos periciales demandadas por los letrados de Cuixart que aluden a la reacción de las redes sociales los días posteriores a los incidentes de la consejería y al tratamiento periodístico de la celebración del referéndum ilegal del 1-O.
En los informes, encargados por Òmnium, su jefe aparece como un elemento secundario, un actor menor cuyo papel no suscitaba el más mínimo interés. Según ha declarado el vicepresidente de la organización, Marcel Mauri, "el análisis objetivo (de medios y redes) demuestra que se creó un relato a medida para convencer a la opinión pública española e internacional del falso relato de violencia; los hechos demuestran que este relato aparece de forma intencionada y desvinculada de la realidad que se vivió en Cataluña durante el otoño de 2017".
El informe relativo a las redes sociales consiste en el examen de la actividad de 23 cuentas de PSOE, PSC, Ciudadanos, PP, Vox, Podemos y Sociedad Civil Catalana que durante los días 20, 21 y 22 de septiembre de 2017 generaron alrededor de mil mensajes en Twitter en los que no se mencionaba ni a Jordi Cuixart ni a Òmnium y en la que tampoco se utilizan los términos rebelión, alzamiento o tumultuario.
Editoriales de ABC y El País
En cuanto a la prensa, la pericial propuesta por los abogados de Òmnium se centra en El Mundo, El País, ABC, La Vanguardia y El Periódico de los días posteriores al referéndum ilegal y consiste en una sesgada revista de prensa.
Según Òmnium, "en los artículos y editoriales se habla mucho de la desproporción y los efectos de la intervención policial ante la actitud ciudadana pacífica". Es el caso -continúa la nota- del diario El País, que en buena parte de los textos del día después se refiere a la represión policial, incluido el editorial, pero en ninguno de ellos se habla de violencia de los ciudadanos. En el caso del ABC, la represión policial está presente en la mayoría de los textos y fotografías. Se hace referencia a actitudes hostiles y agresivas durante las intervenciones policiales en algunos puntos de votos, pero no se habla en ningún caso de una actitud violenta de forma generalizada. Esta es la tendencia que se observa en el resto de los diarios".
La tesis de Òmnium es que fue después del encarcelamiento de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, a la sazón presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) cuando habría surtido efecto la supuesta "operación de Estado" contra Cuixart basada en una estrategia de criminalización en medios y redes.