La batalla por gobernar Madrid marca especialmente estas elecciones del 26-M. Objetivo principal de todos los partidos políticos, el efecto arrastre de la victoria socialista en las elecciones generales podría provocar que, por primera vez en 24 años, el PP perdiera la comunidad, según recogen varias encuestas. Un nuevo batacazo difícil de digerir después del mal resultado del 28-A. En este escenario Vox intenta hacerse un hueco que le permita ser decisivo para poner en práctica algunas de sus propuestas.
Desde la dificultad que entraña adaptar su discurso nacional al ámbito local, la formación se marca como objetivo consolidar el resultado del pasado 28 de abril y crear una base social que le permita crecer en los próximos cuatro años. "Esto es un proyecto a largo plazo", aseguran fuentes del partido.
Con esta idea, la campaña de Vox en Madrid se desarrolla sobre todo en el llamado "cinturón rojo" de la comunidad, municipios del sur de la región muy poblados y en los que tradicionalmente ha gobernado la izquierda, en detrimento de los feudos del PP en los que Vox admite tener menos posibilidades por ser un voto más conservador y acomodado.
Tour de campaña para captar el voto obrero
La candidata de Vox a presidir la comunidad, Rocío Monasterio, dedica toda una jornada de campaña a recorrer varias de estas localidades para acercarse a los vecinos y conocer sus problemas con la intención de conectar con la clase obrera a través de los autónomos, sector muy castigado por los impuestos y al que más podría seducir un programa liberal en lo económico y que incluye propuestas sociales pero desde una perspectiva austera, con un importante recorte del gasto público.
Sin renunciar a la batalla ideológica, el tour comienza en Leganés, donde delante de la estatua del Che Guevara pedirá su retirada o su sustitución por una placa que conmemore a todas las personas que asesinó. "Estos que defienden el comunismo son los que apalearon a los colectivos LGTBi las semanas pasadas en Cuba", denuncia Monasterio, de origen cubano. "Es necesario alzar la voz contra esa ideología enemiga de la libertad y totalitaria", advierte.
En Leganés, se sienta también en un sofá situado en plena calle, cerca del centro comercial Parque Sur, simulando estar el salón de un casa para escuchar los problemas de los vecinos, en concreto los de un joven que trabaja en el sector de la hostelería y que se queja de la conciliación laboral y familiar. "Queremos que las guarderías públicas amplíen su horario por la tarde", responde Monasterio.
Desde aquí se dirigirá a Alcorcón donde visitará un peluquería para escenificar su apoyo a la pequeña y mediana empresa a través de la "eliminación de trabas burocráticas y la reducción de impuestos". En esta localidad visitará también uno de los grandes terrenos sin urbanizar, Retamar de la Huerta, y en los que prometerá construir viviendas asequibles para los más jóvenes.
Sin renunciar a los símbolos históricos
La gira concluye en Móstoles donde visitará el museo de la ciudad dedicado a los héroes del 2 de Mayo que lucharon contra las tropas francesas. Con una táctica similar a la empleada durante la campaña de las elecciones generales, el partido sigue escogiendo lugares simbólicos con los que ensalzar la Historia de España.
En este municipio, la candidata aprovechará también para hablar de seguridad y de inmigración ilegal, asuntos que Vox suele relacionar en sus discursos, después de los altercados registrados durante las pasadas fiestas patronales de la localidad y el aumento de los apuñalamientos los fines de semana en Madrid.
Durante todo el recorrido solo se registra un incidente: "Fuera fachas de aquí", le grita un vecino al que Monasterio se acerca para responderle desde la calma y reclamar libertad de expresión. Escena que se vive justo después de que mostrara su solidaridad con Begoña Villacís y también Manuela Carmena, por los escraches sufridos esta semana.