Lejos de abandonar sus planes disparatados, organizaciones como la ANC están dispuestas a seguir hasta el final, sea cual sea el coste para todos los catalanes.
Si creen que atribuir miseria moral a esta izquierda tendrá algún efecto rectificador en las conciencias de sus dirigentes y en buena parte de sus votantes, están totalmente equivocados.
Lo único que se advierte en el Gobierno en funciones es que continúa con su obsesión de expandir todo lo posible el gasto público. Es la clásica receta del que asó la manteca.