El expresidente de la Generalidad Carles Puigdemont se agita nervioso en su mansión de Waterloo. Canadá le impide visitar el Quebec y la Junta Electoral Central (JEC) determina que un procesado en rebeldía no puede concurrir en las elecciones europeas, pero ningún revés arredra al considerado por los separatistas "presidente legítimo". Este mismo jueves está previsto que le rinda visita Quim Torra y sus propagandistas creen haber dado con la clave para que Puigdemont este presente contra viento y la JEC en las elecciones europeas.
Las papeletas de Lliures per Europa. Junts, el nombre de la candidatura auspiciada por el fugado, que se distribuyan fuera de Cataluña llevarán impreso un dibujo de la cara de Puigdemont, igual que hicieran Pablo Iglesias en los comicios europeos de 2014 y José María Ruiz Mateos en los de 1987. Así, donde los demás partidos incluyen el logo y las siglas de la candidatura, la papeleta de los nacionalistas llevará su rostro junto a los nombres de los sustitutos de los fugados, el abogado Gonzalo Boye, el exalcalde Xavier Trias y la exsocialista Beatriz Talegón.
Puigdemont ha anunciado la novedad en las papeletas en su cuenta de Twitter con el siguiente texto: "Para el Estado español solo podemos ser candidatos como dibujo, no como seres humanos. Cosas de la democracia plena (Gracias @JordiMagria1 por dejarnos utilizar tu dibujo para las papeletas en los colegios electorales fuera del Principado)".
El entorno de Puigdemont se ha rendido al culto a la personalidad de un jefe al que pretenden carismático e invencible tras la peripecia de la detención y puesta en libertad en Alemania. Sin embargo, el prófugo parece haber perdido la batalla por la hegemonía en el campo separatista en favor del preso Oriol Junqueras. Las encuestas tampoco le son favorables de cara a unas europeas para las que tenía grandes planes, como acogerse a la supuesta inmunidad europarlamentaria para regresar a España entre vítores, cosa que ya le dijo la cámara europea que era imposible. Aún más si ni siquiera puede presentarse más que como dibujo.