Tres actitudes definen cada vez más la personalidad de Pedro Sánchez: su determinación persistente de conseguir el poder sin importarle cómo; su indiferencia absoluta por los hechos, y su voluntad de apartar, sin paz ni piedad ni perdón, a quienes se le han opuesto. Este jueves dejó en la localidad sevillana de Dos Hermanas pruebas de estas tres muestras de su carácter. Pero, sobre todo lo demás, destaca el mal trato que consintió que se le diera a Susana Díaz, en su propia presencia.
Naturalmente, no lo hizo él mismo. Lo hizo Quico Toscano, el jefe del clan Toscano, una pieza clave del socialismo sevillano y andaluz, que lleva treinta y seis años al frente de este municipio que ha tejido una de las telas de araña más robustas que se recuerdan -tela espesa que puede permitirle seguir gobernando durante algunos años más- que fue expuesta con detalle en Libertad Digital hace años y quedó publicada en el libro La tela de araña andaluza.
En el precalentamiento del mitin inaugural de la campaña electoral, Francisco Quico Toscano se dio el gusto de rememorar ante Pedro Sánchez cómo ha sido el camino que le ha llevado a la secretaría general del PSOE y a la presidencia del Gobierno, camino que incluye, naturalmente la derrota de Susana Díaz en unas históricas primarias.
Destaca el grupo Joly que Toscano relató cómo animó al ya líder de todos los socialistas hace poco más de dos años a persistir en su camino hacia la secretaría general del PSOE y cómo fue en Dos Hermanas que Pedro Sánchez le dio el sí a su propuesta de pelear, con Susana Díaz sentada en la primera fila. En esa misma fila, estaba sentada María Jesús Montero, actual ministra de Hacienda en funciones y presunta competidora de Díaz al liderazgo del PSOE andaluz en las próximas primarias socialistas.
Por si fuera poco, Toscano se dirigió a María Jesús Montero y le dijo: "Has sido consejera, hoy eres ministra, mañana serás lo que tú quieras". De momento, ya es la cabeza de lista por Sevilla del PSOE en las próximas elecciones del 28 de abril, posición a la que fue aupada por el Comité nacional de Listas tras haber sido relegada a un lugar bien lejano por las votaciones de los afiliados sevillanos.
Respecto a su escasa consideración por los medios, puede destacarse que este jueves acusó a las "tres derechas" de ser las causantes de la "confrontación territorial", no al nacionalismo catalán que protagonizó un golpe de Estado el 1 de octubre de 2017, que se juzga estos días en el Tribunal Supremo. Es más, dijo que si la derecha suma y forma gobierno "la confrontación territorial está garantizada" y, de paso, que volverán la corrupción y los recortes.
Parco en el tema separatista, sólo recordó que fue el rechazo de los independentistas a los Presupuestos Generales del Estado lo que dejó claro que el PSOE no cerró ningún pacto con ellos para ganar la moción de censura y que ha sido leal con el Estado cuando ha estado en el Gobierno y en la oposición, como quedó demostrado con su apoyo al Ejecutivo de Rajoy para aplicar el artículo 155 de la Constitución.
Inmediatamente después, Sánchez, tal vez consciente de que ambos mensajes, el antisusanismo y la mención al tema catalán desaniman mucho en Andalucía, se esmeró en pedir a los socialistas andaluces que no se confíen y vayan a votar. Según Sánchez, existe el "riesgo" de que ocurra lo que en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, en las que el PSOE quedó primera fuerza, pero perdió el Gobierno de la Junta porque PP sumó con Ciudadanos y Vox. Nueva banderilla negra a su enemiga íntima, la primera que perdió Andalucía para el PSOE desde 1982.
El mismo que ha aceptado el apoyo de Bildu y todos los separatismos para gobernar, se presentaba como el representante del "único proyecto moderado, cabal y sensato". "Votar PSOE es votar para que España avance en justicia social, convivencia y en la lucha decidida contra la corrupción", proclamaba justo en una Andalucía donde hay varios macrocasos de corrupción en los que el PSOE tiene a dos expresidentes sentados en el banquillo y a la excúpula de la Junta procesada.
Lo que Sánchez reclama al PP
Tras dar un repaso a los contenidos de sus "viernes sociales" —usando el decreto ley como fórmula, el dinero público como sustento y el atril de comunicación de la Moncloa como elemento de propaganda— acusó al PP de no ser "buena gente" porque "la buena gente no roba, no insulta, no miente y no espía como" hacía el Gobierno anterior de Mariano Rajoy "ni deja al pairo a personas que sufren" como denuncia que hizo también el anterior Ejecutivo del PP con los recortes durante la crisis.
Con ello mostraba su indiferencia absoluta por los hechos de una región como la andaluza donde el nivel de corrupción del PSOE ha sido especialmente alarmante y generalizado. El caso ERE, el caso del fraude en la formación, el caso Invercaria, el caso de los avales, el caso FAFFE y otros muchos que han transitado y transitan la vida andaluza desde el caso Juan Guerra del que pronto se cumplirán 30 años, no afectan al líder socialista. Los corruptos son los otros, aunque las cifras de la corrupción socialista superen a todas las demás.
Muy especialmente dedicado a fustigar al PP, que preside la Junta de Andalucía, lo acusó de ser el partido de los "sueldos en B", de querer rebajar el salario mínimo y prometió que, si gobierna, este alcanzará el 60% del sueldo medio en España. También revindicará la eutanasia, un nuevo Estatuto de los Trabajadores que anule la reforma laboral, otra Ley de Educación para lograr que "después de 11 años España se vuelva a teñir de rojo y el PSOE vuelva a ganar las elecciones en España!"
No faltó la figura de un niño que, en mitad del mitin, le interrumpió para decirle que también quiere ser "político" y le entregó unos dibujos que había pintado de los líderes nacionales de todos los partidos. Aunque no se sabe cómo el niño pintó a Santiago Abascal, a Albert Rivera, a Pablo Casado o a Pablo Iglesias, se pudo ver cómo Pedro Sánchez colocaba su dibujo a la izquierda de todos los demás.