Desde su nacimiento, y especialmente tras su resultado en Andalucía, las agresiones, ataques o boicots a Vox se han reproducido en todo el territorio español, especialmente en Cataluña. El último ejemplo se vivió durante la concentración del pasado sábado en Barcelona, donde dos simpatizantes sufrieron heridas en la cabeza y la rodilla por parte de los CDR.
A esto se suma el goteo constante de ataques a varias de sus sedes y el boicot promovido contra algunos de los locales que facilitan sus instalaciones para que el partido organice actos. Así ocurrió recientemente en Madrid, Elda o Segovia.
Un nuevo ejemplo de este hostigamiento se ha vivido en Puente de Vallecas, donde radicales de izquierda, coordinados a través de las redes sociales, han organizado hasta tres escraches en las últimas semanas contra las mesas informativas que Vox ha instalado en la zona.
Al grito de "fuera fascistas de nuestros barrios", "viva la lucha de la clase obrera" o "no a la política del odio", estos grupos se dedican a insultar, increpar y acosar a los miembros y simpatizantes del partido, impidiendo que puedan desarrollar su labor e intimidando a los vecinos que quieren acercarse para conocer las propuestas de Vox.
Según trasladan miembros de la formación en Vallecas a Libertad Digital, en la última ocasión la Policía Nacional tuvo que custodiarles hasta el coche para evitar altercados. Libertad Digital ha podido acceder a los vídeos e imágenes de lo ocurrido. En ellas se aprecia cómo algunos de estos radicales portan carteles en los que se puede leer Vox=racismo o Vox=machismo, donde la X ha sido sustituida por una esvástica.
Fuentes policiales confirman que varias unidades tuvieron que hacer acto de presencia el pasado sábado 30 de marzo en la zona de Puente de Vallecas, donde habían sido requeridos por la actitud violenta e insultos que proferían algunos ciudadanos contra las personas que habían instalado un punto informativo de una formación política. Los policías realizaron varias identificaciones y mantuvieron en calma la situación hasta que la mesa fue levantada, informa J. Arias Borque.