En plena batalla de Vox contra las Leyes Violencia de Género y lo que denominan "ideología de género", el partido anuncia, como era de prever, que no se suma a la huelga del próximo 8-M porque "trata a las mujeres como personas débiles e indefensas" y busca "criminalizar al hombre".
A través de un comunicado leído por su líder en Madrid, Rocío Monasterio, y difundido en redes sociales con el hashtag "No hables en mi nombre", el partido defiende que las mujeres "tienen todos los derechos reconocidos en la Constitución" española y que "no son víctimas por el hecho de serlo".
El manifiesto, hecho público después de que el partido criticara en Twitter a Pablo Casado por pedir un pacto de Estado para "acabar con la brecha salarial", arremete duramente contra el "adoctrinamiento en la desigualdad" y el "feminismo supremacista" para denunciar a los "que quieren colectivizar" a la mujer.
"Soy mujer y quiero liberarme de vuestro burka ideológico", proclama Monasterio en el vídeo hecho público por el partido, en referencia a los grupos de izquierda que pretenden apropiarse del 8 de marzo, y critica su "vergonzoso silencio" ante "el burka que sufren las mujeres en el islam". Asegura que ese día "trabajarán más que nunca para reafirmarse en el poder de su independencia y libertad". Palabras que pronuncia rodeada de mujeres que portan carteles con la frase "No hables en mi nombre".
Vox asegura que la huelga del pasado año fue "un auténtico fracaso" porque no la secundó "ni el 2% de las mujeres". Basa su cálculo en el consumo de energía eléctrica que, dice, ese día subió, cuando lo normal es que baje. Y recuerda que en las "huelgas generales fallidas" de los años 2010 y 2012, "la demanda de electricidad bajó un 16%".