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Un sector del PP cree que hay que soltar lastre ya por la Kitchen: "Pinta muy mal"

Cosidó, Martínez y Fernández Díaz, en el punto de mira por la operación Kitchen. "Uno debe saber cuál es el momento de dar un paso atrás", según Levy.

Cosidó, Martínez y Fernández Díaz, en el punto de mira por la operación Kitchen. "Uno debe saber cuál es el momento de dar un paso atrás", según Levy.
Fernández Díaz, con Cosidó a su lado. | Cordon Press

"Pinta muy mal y van a acabar todos mal". Un sector del PP cree que es el momento de soltar lastre. Andrea Levy, de la dirección nacional, no dudó recientemente en enseñar la puerta de salida a Ignacio Cosidó, el actual portavoz del Grupo Popular en el Senado. "Uno debe saber cuál es el momento de dar un paso atrás", dijo en esRadio. Pero no solo él está en la picota. La operación Kitchen también podría afectar tanto a Jorge Fernández Díaz como a su número dos en Interior, Francisco Martínez, ambos todavía en la política activa.

Pablo Casado ha asegurado que actuará con contundencia ante "hechos probados". Según El Mundo, un operativo de la Policía aprovechó el ingreso en prisión preventiva de Luis Bárcenas en junio de 2013 para sustraerle información comprometedora contra el PP. Los mandos policiales se quedaron 600.000 euros de fondos reservados. "No le temblará el pulso" llegado el caso, se reafirmaron fuentes del entorno del líder del PP.

La dirección nacional ya despachó con los presuntos implicados –Cosidó, Martínez y Fernández Díaz– para recabar toda la información y contrastar sus versiones. El líder del PP tiene especial contacto con Cosidó, que le apoyó desde el primer momento en las primarias y con el que se reúne todos los lunes en el Comité de Dirección. Cabe recordar que hoy buena parte de la estrategia de los populares pasa por la Cámara Alta, donde tienen mayoría absoluta.

Cosidó siempre se ha escudado en que nunca tuvo ningún vínculo con José Manuel Villarejo, el polémico excomisario. "Asegura que no tiene absolutamente nada que ver y se le ve muy tranquilo", según sus interlocutores. Y este viernes, en su intento de distanciarse de la operación Kitchen, apuntó directamente a Martínez, entonces máximo responsable de la Secretaría de Estado de Seguridad. En concreto, en un encuentro con periodistas, recordó que era a él a quien correspondía la gestión de las partidas de fondos reservados que se utilizan en el ministerio del Interior. Actualmente, Martínez es diputado nacional.

"Por acción o por omisión, lo que se está conociendo es inadmisible. Y al frente de la Policía y de Interior estaban quienes estaban", en palabras de un líder regional del partido. "Al final, tarde o temprano, todo acabará estallando", según su augurio. Un extremo compartido por varios cargos consultados por este diario. "Está bien ser prudentes, pero habrá que estar atentos para la reacción. Cuando los asuntos están judicializados y, tal y como está la cosa, pinta mal", corroboró otro barón autonómico.

Públicamente, Levy ha sido la que más claro se ha pronunciado sobre el presunto escándalo. Ya a finales del año pasado, Dieter Brandau le preguntó en esRadio si Cosidó y Fernández Díaz debían dimitir. "Es responsabilidad y conciencia de cada uno saber cuál es el momento de no perjudicar al partido y dar un paso atrás. Esta nueva dirección va a ser implacable", dijo. Lo repitió, ya en vísperas de la convención nacional, en la Cadena Ser: "Las siglas están por encima de las personas".

Este lunes hay Comité Ejecutivo Nacional, y tanto Cosidó como Fernández Díaz –que guarda silencio– tienen silla en este órgano interno del PP. "Este es un asunto que va a perseguir a Casado. Puede que hasta ahora lo haya esquivado, pero acabará marcando la agenda", avisó un destacado dirigente del partido. Así lo temen, de hecho, en Génova, donde prácticamente nadie ha respaldado a micrófono encendido al portavoz en el Senado, aunque el líder nacional le siga sosteniendo.

Y la pregunta clave, en palabras de un líder popular: "¿Quién dio la orden?". En el partido son conscientes de que el beneficiario último del operativo fue Mariano Rajoy, entonces presidente del Gobierno. "Estoy muy a gusto", aseguró hace escasos días en Onda Cero, donde participó en una tertulia deportiva. Rajoy nunca se ha referido públicamente a la operación Kitchen, aunque algunos cargos sugieren que "no puede estar tranquilo". En noviembre del año pasado, ya con el escándalo Villarejo encima de la mesa, despachó durante más de seis horas con Fernández Díaz en un céntrico restaurante de Madrid.

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