Desde que llegó a la presidencia de la Generalidad, el 17 de mayo de 2018, Quim Torra ha gastado en estos siete meses de Gobierno 120.000 euros de las arcas públicas catalanas para visitar a los dirigentes independentistas fugados de la justicia. Ha sido a su antecesor en el cargo, Carles Puigdemont, a quien más visitas ha dedicado Torra en estos meses, en concreto sus viajes a Waterloo han costado 30.000 euros según publica este lunes la Cadena Ser.
Al primer viaje que Torra realizó el pasado mes de julio a Bruselas para visitar a Puigdemont, el presidente catalán llevó un séquito de hasta 13 personas entre las que se encontraban su jefe de gabinete, el director de la Oficina de Presidencia, el director de Comunicación, el jefe del gabinete de Comunicación, el de Protocolo, una técnico de protocolo e, incluso, un fotógrafo y cuatro Mossos d’Esquadra.
El dinero que Torra ha gastado de las arcas públicas en estos meses de Ejecutivo autonómico supone hasta catorce veces más de lo que se gastó el propio Puigdemont en llevar la propaganda separatista por el extranjero durante su mandato. Fueron en total 9.000 euros de dinero público del que los grupos de la oposición ( Cs y PPC) pidieron explicaciones en sede parlamentaria.
Pero Torra no ha limitado sus visitas únicamente a Waterloo, también ha visitado en estos siete meses a las fugadas Clara Ponsatí y la todavía número 2 de ERC, Marta Rovira, en Suiza. Unos 71.000 euros es a lo que ascendería el total de estos viajes a los que habría que sumar el que realizó a Eslovenia la primera semana de diciembre.
Los de ERC siguen sus pasos
A estos viajes del presidente catalán Quim Torra para visitar a los fugados también se han sumado algunos de sus consejeros, en este caso de ERC: el vicepresidente Pere Aragonès y el encargado de reabrir las embajadas por el extranjero cerradas por la aplicación del artículo 155, Ernest Maragall ahora candidato a la alcaldía de Barcelona. Éste último habría gastado 42.000 euros en estos viajes para llevar el independentismo por todo el mundo frente a los 12.000 que también se gastó su antecesor, ahora en prisión preventiva, Raul Romeva.
Sin embargo, el vicepresidente catalán y hombre fuerte del partido de Oriol Junqueras, Pere Aragonès, que también viajó a Bruselas los pasados 13 y 14 de noviembre para visitar por primera vez al fugado Puigdemont y vender así una falsa sintonía pese a su mala relación, fue costeado de su propio bolsillo. "Un viaje privado", aseguran en la oficina del vicepresidente autonómico, que no constaba en agenda y que se conoció días después de que se produjera.