Su paso por Es La Mañana de Federico volvió a marcar un punto de inflexión. Ocurrió durante las primarias internas, y ha vuelto a pasar en la recta final de la campaña de las andaluzas. Pablo Casado dejó claro que su objetivo es reunificar el centroderecha en el PP. "No puedo criticar a mi exvotante o recriminar por qué ha dejado de votarme", dijo en relación a los que ahora miran a Ciudadanos o a VOX. "Lo que tengo que hacer es volver a enamorarles", enfatizó, y entró de lleno en el debate ideológico. Sus últimos sondeos internos dan al partido de Santiago Abascal entre 4 y 6 escaños.
España se la juega, en opinión de Casado. "Esta campaña es importante no sólo para Andalucía, sino para echar a Pedro Sánchez de la Moncloa", dijo. "Si se ratifica -a nivel nacional- un gobierno del frente popular que lo quiere es liquidar España y se hace por el cauce de las urnas, el tema se va a poner mucho más complicado y tendríamos mucho más difícil parar la reforma constitucional", alertó. A las claras, aseguró que están "en peligro" los principios básicos del sistema liberal, incluida "la monarquía parlamentaria".
Con el objetivo final de ganar a Sánchez en las generales, Casado defendió su decisión de echar el resto en Andalucía, aunque esto haya supuesto dejar en un segundo lado a su candidato, Juan Manuel Moreno. "Soy de los que bajan a torear al ruedo. Quiero ganar las elecciones en Andalucía, y en Cataluña, y en el País Vasco. Hay que torear y hay que convencer", exclamó. Y fue entonces cuando se dirigió a los votantes hoy descontentos, enarbolando la bandera de los principios de siempre. "Lo que digo de inmigración, de educación o de impuestos lo llevo diciendo toda la mi vida", aseguró, dirigiéndose a esa "España de los balcones" que tuvo tan presente en las primarias del PP.
Durante toda la jornada, en la que se recorrió la provincia de Málaga, Casado lanzó un mensaje directo a "aquellos que han dejado de confiar" en el PP. "Tomamos buena nota, pero tengan la certeza de que ésta sigue siendo su casa. Necesitamos su ayuda", les dijo en Marbella. Mismo mensaje trasladó en Mijas, y también en Fuengirola. Y, de nuevo, fue muy contundente en su discurso. Sobre Cataluña, acusóal Gobierno autonómico de "prevaricar y malversar" los fondos públicos en lugar de responder a las demandas de los ciudadanos. Y exigió la aplicación ya del artículo 155 Constitución.
"Antes de ser de derechas soy liberal", proclamó ante Federico Jiménez Losantos. Y se comprometió a aplicar unos principios claros, por ejemplo en educación. Así, un día más, defendió que dicha materia es estatal y que el PP la aplicará sin complejos pese a los recelos de algunos de sus barones. "Materias troncales, mismo currículo", expuso. También habló de una sanidad común o de recuperar las competencias de prisiones en Cataluña y bloquear una posible transferencia al País Vasco. "¿Es tanto pedir que la nación española tenga unos servicios básicos vertebrados a nivel estatal, aunque luego lo gestionen las autonomías?", se preguntó.
Jiménez Losantos le preguntó por la frustrada renovación del poder judicial. "Yo he roto ese acuerdo" y "he vuelto a recuperar mi propuesta" de despolitización del CGPJ, destacó Casado, después de que la negociación con Dolores Delgado soliviantara a buena parte de su propio partido. Reconoció que equivocó. "Lo que he aprendido es que con este Gobierno no se puede pactar absolutamente nada", añadió, asegurando que todo saltó por los aires porque el ministerio de Justicia filtró el nombre de Manuel Marchena.
Según su relato de los hechos, fue eso y no los mensajes de Ignacio Cosidó lo que provocó que Marchena acabara renunciando. Sobre su portavoz en el Senado, destacó que le llamó para pedirle explicaciones. "No me va a temblar el pulso para echar de la Ejecutiva a cualquier cargo que tenga conductas no ejemplares" pero "en este caso es una torpeza y una irresponsabilidad, son unos mensajes privados que se filtran para hacer daño", razonó. Esto es, le sigue sosteniendo. Y se centró en seguir cargando contra Sánchez. "Estamos gobernados por incompetentes e irresponsables", se revolvió.
"Hay que acabar con el debilitamiento de España", exclamó. "Nuestras ideas son las buenas, hay que dar una batalla ideológica", se reafirmó. Y, a los que todavía dudan y sacan a colación el nombre de Mariano Rajoy, les recordó que llegó hace cuatro meses. "Aznar o Rajoy tuvieron cuatro años por delante, cuatro años para hacer una base. Yo llevo cuatro meses de los cuales todo lo que venido diciendo se ha cumplido", expuso. Y sentenció: "Estamos haciendo bien nuestro trabajo. En agosto había serias dudas sobre si íbamos a liderar la oposición".
Por otro lado, Jiménez Losantos no se olvidó de Eduardo Zaplana, y Casado rompió su silencio para alinearse con José María Aznar y pedir que abandone la cárcel por razones médicas. "Claro que lo solicitamos. Hay muchos mecanismos para que no haya ningún riesgo. Su enfermedad es grave", zanjó en esRadio.