Las presiones del Gobierno al Tribunal Supremo, denunciadas por los propios magistrados, llevaron al Partido Popular a mantener la contundencia en su discurso. De nuevo de precampaña en Andalucía, Pablo Casado acusó a Pedro Sánchez, rehén a sus ojos de los separatistas, de presionar al poder judicial. "El PSOE se ha convertido en el caballo de Troya de los independentistas en el Gobierno de España", denunció en Córdoba, en una reunión con la delegación del PP español en el Parlamento europeo. "Sánchez ha roto relaciones con la Constitución", dijo, después de que Moncloa diera por finiquitada la interlocución con el principal partido de la oposición.
Según Casado, el PSOE lleva meses "dando señales para acercar posturas con aquellos que perpetraron la ruptura de la legalidad y el marco democrático" con "evidencias sonrojantes", y ahora da un paso más en dicho sentido "deslegitimando" la labor del Alto Tribunal. Así, rodeado de eurodiputados de su formación, reiteró las acusaciones vertidas contra el Gobierno esta semana en el Congreso, aunque no llegó a decir que Sánchez es "partícipe de un golpe de Estado". En Onda Madrid, su número dos, Teodoro García Egea, se reafirmó en que el jefe del Ejectivo es "cooperador necesario" del plan de los independentistas.
El Ejecutivo, tras la visita de Pablo Iglesias a la cárcel de Lledoners, está reconociendo abiertamente que "está dando instrucciones a la Abogacía del Estado para que no acuse a los independentistas de rebelión", denunció Casado. "Nos encontramos en el tercer estadio de esta estrategia absolutamente vergonzante", sostuvo. "Lo que aquí está pasando es muy grave", denunció, mientras el PP reproducía en las redes sociales el vídeo en el que se puede escuchar a Sánchez, hace tan solo cinco meses, afirmando que "clarísimamente ha habido un delito de rebelión" en Cataluña.
Casado tampoco pasó por alto la reunión del Consejo de Ministros, que a esa misma hora se está celebrando en Sevilla. "¿Por qué los españoles tenemos que pasar por una utilización torticera de las instituciones para entrar en campaña?", se preguntó, también sacando a colación el último barómetro del CIS, que en su opinión no se lo creen ni en Moncloa. Y, como cada vez que se desplaza a Andalucía, denunció la corrupción en la región vinculada al PSOE.