En esta ocasión el sociólogo socialista no ha usado el mismo multiplicador de la intención de voto directa que en el sondeo de septiembre. Recordemos que entonces Tezanos fue muy criticado porque, en lugar de las proyecciones que hacen los sociólogos a partir de múltiples datos, se limitó a multiplicar la intención de voto de todos los partidos por 1,6.
Ahora, Tezanos ha vuelto en parte a una fórmula de análisis más tradicional al incluír la simpatía en la estimación, con lo que da multiplicadores distintos según el partido, perjudicando notablemente a Ciudadanos y beneficiando a Podemos y PSOE. Además, para todos esta relación entre voto directo y estimación es más baja que en septiembre, lo que castiga al PP, que es el único que no sube en intención directa de voto.
Los de Rivera son los peor parados: tienen un 15,3% de intención directa de voto -suben tres puntos respecto a septiembre en un movimiento muy fuerte- pero ese porcentaje sólo se multiplica por 1,37 para llegar a la intención de voto que se pronostica. El caso opuesto es el de Podemos, que también sube en intención de voto directa, pero además ve como ésta se multiplica por 1,55. De haber aplicado la misma cifra a Ciudadanos el partido naranja se iría a un 23,7% de estimación de voto.
Entre medias están el PSOE, que al contrario de lo que ocurría el mes pasado crece con fuerza en intención de voto directo y ve ésta multiplicada por 1,45; y, por último, el PP, que sólo se deja tres décimas en intención de voto directo, pero tiene un multiplicador más bajo que el del PSOE -1,44- y esto le lleva a dejarse más de dos puntos y medio en la estimación de voto final.