Pablo Casado se reivindicó como líder de la oposición. De principio a fin, sin leer un papel, no dio tregua al jefe del Ejecutivo. Fue durísimo. Y centró el debate parlamentario, con el Gobierno y sus socios cargando contra él. "Es partícipe y responsable de un golpe de Estado que se está perpetrando en España", espetó a Pedro Sánchez. "Si mantiene esas palabras, usted y yo no tenemos nada más que hablar", se revolvió el presidente. En Génova recordaron que no le llama desde la reunión del 2 de agosto en Moncloa. "Ni una sola lección sobre moderación", zanjó Casado, que fue ovacionado por los suyos.
Fue el estreno de Casado en lo que el PP denominó un "mini debate" sobre el estado de la nación. En su primera sesión de control, Albert Rivera le arrebató el protagonismo sacando a colación la polémica tesis doctoral de Sánchez. Y en esta ocasión no se la jugó. El pleno era para hablar del último Consejo Europeo y de la venta de armas de Arabia Saudí, pero el líder del PP puso el foco de atención en la política nacional e hizo una enmienda a la totalidad al Gobierno. "Está usted sentado en el banco azul gracias a los votos de los partidos independentistas", recordó al presidente.
Casado golpeó a Sánchez durante 25 minutos. Sin descanso. Censuró el "trampantojo" de su comparecencia, en vez de dar explicaciones sobre un gabinete "que se le cae a trozos". "Y ahora usa a sus ministros de escudos humanos para no tener que asumir responsabilidades", afirmó, sacando también a colación su tesis. Y pasó a centrarse en Cataluña. Consideró "una desfachatez" que el presidente diga que se preocupa por "la segregación" del Reino Unido de la Unión Europea cuando él es "aliado de los que quieren romper" España. "¿Por quién nos toma, señor Sánchez?", le preguntó, y fue entonces cuando denunció a las claras un golpe de Estado del que es partícipe.
"Son rehenes de los partidos golpistas", insistió Casado, y puso como ejemplo que "está mandando emisarios" a la cárcel para negociar los presupuestos. "Es una réplica de Zapatero, un corta y pega que se quiere financiar una campaña electoral de dos años a costa de la recuperación, los impuestos, el gasto y de la propia dignidad de España destrozando una vez más su economía. No queremos otra recesión, ni un país quebrado", afirmó, denunciando la política económica del Ejecutivo.
Casado se refirió también a Gibraltar o a Venezuela, pero sus palabras sobre el "golpe" en Cataluña monopolizaron de inmediato el debate. El presidente exigió sin cesar una rectificación mientras que Podemos y el resto de sus socios de moción también cargaron contra el líder del PP. Sólo Rivera coincidió con Casado en sus críticas a Sánchez. "Al buscar en el diccionario sin escrúpulos saldrá su cara", le llegó a decir. "Va como pollo sin cabeza", añadió el líder de Ciudadanos, que fue también muy duro.
El PP cierra filas
En su réplica, Casado se reafirmó. Relató algunos casos de violencia y tensión en Cataluña y se preguntó "qué más tiene que pasar" para que el Gobierno vuelva a activar el artículo 155 de la Constitución. Para rematar, pidió un adelanto electoral: "Convoque elecciones y nosotros pondremos orden", destacó. Ya entonces, varios miembros de la dirección nacional del PP habían salido en los pasillos de la Cámara para proclamar "la victoria" de su líder en el cara a cara con Sánchez.
"Ha arrollado al presidente y ha dejado descolocado a Rivera", resumieron en Génova. Los diputados del PP aplaudieron a rabiar a Casado. "Brechas ni una", zanjaron en su entorno, después de que algunos barones de la formación, como Ángel Garrido, hayan reclamado "moderación". "La riada de hoy se ha llevado" las posibles dudas internas, insistieron. Aunque algún parlamentario próximo a Soraya Sáenz de Santamaría deslizó que "puede calar el mensaje de que somos radicales" con intervenciones tan contundentes como la de este martes.
Tal fue la polémica sobre la acusación de Casado a Sánchez que también centró la sesión de control al Gobierno, que se produjo tras más de cinco horas de debate. El líder del PP moduló entonces su denuncia, pero no rectificó. "Póngase igual de digno con el señor Torra, cuando le ha amenazado, o con el señor Tardá, que le amenazó también", le emplazó. "Es muy sencillo, diga 'me he equivocado' y retire esa frase. Abandone la crispación", respondió Sánchez, con ministros y altos cargos del PSOE tachándole de radical.
"Yo no he llamado golpista a Sánchez" pero "es responsable de no hacer nada con lo que está pasando en Cataluña", dijo Casado ya en los pasillos de la Cámara. "Quien trata de victimizarse en un debate lo pierde dos veces", remató el presidente del PP.