En plena recta final para que acabe el plazo que él mismo ha dado al presidente del Gobierno para pactar un referéndum o si no activar la vía de la desobediencia, el presidente de la Generalidad Quim Torra intenta demostrar a los suyos, en un nuevo ejercicio de improvisación, que es capaz de avanzar si Moncloa va a seguir sin emitir señales.
Tras poner fecha –30 de octubre– al proyecto del llamado Consejo de la República, que no es otra cosa que una especie de Gobierno paralelo que controlará el fugado Carles Puigdemont desde Bélgica, este martes el presidente catalán ha detallado en rueda de prensa los ejes del Fórum Cívico y Social para el Debate Constituyente, nuevo chiringuito separatista que dependerá del Gobierno catalán, aunque aseguran que sin retribución y que ha montado para colocar a gente como Lluis Llach, que será el presidente, y Dante Fachín o Beatriz Talegón, "consejeros".
"En cumplimiento del mandato democrático del 1 de octubre y del 21 de diciembre ponemos en marcha una herramienta republicana para avanzar hacia la autodeterminación del pueblo catalán". Así ha presentado Torra en el Palau de la Generalidad este nuevo organismo vacío de poder que en principio servirá para crear un nuevo espacio en el que "debatir las bases de una futura constitución" para una hipotética independencia. Para ello organizarán "consultas populares" que podrían actuar como disfraz de un nuevo referéndum ilegal para "medir las aspiraciones de la sociedad catalana".
Contradicciones y nuevo fracaso
Aunque Lluis Llach será el encargado de dirigir este organismo, durante la presentación ha querido matizar al propio Torra para dejar claro que con este Fórum "no se inicia un proceso constituyente sino un debate para repensar" porque él no piensa arriesgarse y ponerse a redactar un texto ilegal paralelo a la Constitución. "Eso le corresponde al Parlamento una vez se haga efectiva la independencia", traspasando al ejecutivo autonómico el paso hacia la ruptura.
En realidad, un nuevo fracaso en las intenciones de Torra y del fugado Puigdemont que hasta hace unas horas vendía ante los medios este Fórum Cívico y Social como una pieza clave en su proyecto de independencia que sería el encargado de redactar una Constitución pero que al final, atendiendo a las palabras de Llach, parece que quedará en un debate, sin fecha y sin muchas más concreciones al que ni la CUP ni las entidades se sumarán. En concreto, para los radicales "es una forma de crear falsas expectativas en la lógica de crear algo real", ha asegurado la diputada Natalia Sánchez.