Sin mayoría separatista en los plenos, los independentistas han decidido retorcer al máximo el reglamento de la cámara para poder al menos sacar adelante iniciativas de calado en las comisiones que en los plenos ya es imposible que puedan prosperar. En contra de los votos de Ciudadanos y del PSC, la Mesa –de mayoría independentista– ha decidido este viernes aprobar que se sigan contabilizando los cuatro votos de los diputados suspendidos por el Supremo del grupo del fugado Puigdemont que se han negado a delegar funciones.
Será solo en caso de empate en las comisiones parlamentarias y lo que alega el presidente del Parlamento y de la Mesa, Roger Torrent, es que en este caso en concreto, el reglamento habla de ponderar el voto según la composición del pleno, es decir, tener en cuenta el número de diputados con los que cuenta cada grupo parlamentario que en el caso de ERC es de 32 y en el de JxCat es de 34 diputados.
Esto es lo estrictamente reglamentario, pero con la orden del magistrado Pablo Llarena en mano, el voto de los cuatro diputados suspendidos que no han querido delegar sus funciones en un compañero de grupo no podrán tenerse en cuenta en ninguna de las votaciones que se efectúen en la cámara.
Pendientes ahora de una posible maniobra jurídica por parte de los grupos de la oposición, los independentistas aprovecharán a partir de ahora esta vía para poder sacar adelante textos enfocados hacia desobediencia sin que que su pérdida de escaños vaya a afectarles, de momento. Para ello también intentarán contar con el apoyo de los 8 diputados de los comunes.
Por cierto, que la Mesa del Parlamento ha decidido por primera vez, grabar el audio de sus reuniones para que luego no haya manipulaciones en la literalidad del escrito de las actas como ha ocurrido en otras ocasiones con textos propuestos principalmente por la CUP y el grupo de JxCat. Los audios, eso sí, no serán públicos, sino para uso interno de los letrados.