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Casado pide una moción de censura contra Torra que no ven ni Rivera ni Sánchez

El Gobierno y Ciudadanos rechazan la propuesta de Casado. Sánchez ni tan siquiera le contesta y vuelve a culparle del auge de la "extrema derecha".

Pablo Casado aprovechó su pregunta a Pedro Sánchez en la sesión del control al Gobierno para dirigirse a Ciudadanos y exigir que presente una moción de censura contra Quim Torra después de consumarse la ruptura del mundo independentista en la Cámara regional. Así, razonó, también tendrán que retratarse Sánchez y el PSC, toda vez el líder del PP acusa al presidente de tener un pacto oculto con los separatistas. El equipo de Abert Rivera se apresuró a contestar que no dan los números.

El rifirrafe entre Casado y el jefe del Ejecutivo volvió a ser muy tenso. "¿Qué más tiene que pasar en España para que convoque elecciones?", le preguntó el presidente del PP. "Póngase de acuerdo por una vez con Susana Díaz y convoque elecciones ya", se reafirmó, tras retratar a un Ejecutivo hundido, con varios de sus ministros envueltos en escándalos. "Le agradezco que esté de visita por España", dijo, y le acusó de "desprestigiar" al Senado con su rechazo a no comparecer para dar explicaciones sobre su tesis.

Casado también miró hacia la bancada de Ciudadanos, con el escaño de Rivera vacío, e intentó marcar la agenda reclamando una moción en el Parlamento catalán. "Se ha abierto una oportunidad histórica", aseguró después de que los independentistas perdieran el martes su mayoría en esa Cámara. "Y podremos ver, señor Sánchez, con quién está usted, si con los constitucionalistas o con los golpistas", añadió, señalando ya al presidente.

En los pasillos del Congreso, el líder de la oposición insistió: "Es el momento de que se vean los toros desde el albero y no desde la barrera". Y, por ello, instó a Inés Arrimadas, con el apoyo de los cuatro parlamentarios del PPC, a presentar "un programa de gobierno".

Casado obligó al resto de actores políticos a posicionarse. Juan Carlos Girauta, de Ciudadanos, rechazó la moción asegurando que "no" dan los números. Explicaron las fuentes consultadas de esta formación que, pese a perder el bloque independentista cinco diputados -los suspendidos por su participación en el golpe secesionista-, el constitucionalista -sumando incluso a los comunes, la marca de Podemos- igualaría a 65 escaños a sus rivales, lejos de los 68 que permitirían desbancar a Torra. "Seguiremos liderando la oposición", constató José Manuel Villegas.

El Gobierno, por su parte, consideró "inoportuna" esa opción ya que "en la medida en que sería aprovechada por los independentistas para rearmarse y aglutinarse". Pablo Iglesias tampoco se mostró por la labor de intentar poner en aprietos a Torra en el Parlamento catalán. "Hay que respetar la voluntad democrática de los ciudadanos catalanes", aseveró, aunque sí promovió una moción contra Mariano Rajoy o Cristina Cifuentes.

En su cara a cara con el líder de la oposición, Sánchez orilló la cuestión y se centró en seguir el argumento esgrimido en su primera rueda de prensa en España desde hace semanas, que se celebró este martes en Moncloa: "Han formado una suerte de coalición por la crispación con Rivera", espetó. "Están atacando personalmente a los miembros del Gobierno y por ahí nosotros no vamos a pasar", añadió, sin entrar en el fondo de las polémicas. "El problema es la radicalización. Céntrese, recupere la moderación", afirmó, no sin reclamar lealtad en las cuestiones de Estado.

Un argumentario gubernamental que culpa al PP del auge de la extrema derecha que continuó la vicepresidenta, Carmen Calvo. En la pregunta de la portavoz popular, Dolors Montserrat, Calvo le atizó diciendo que "van ustedes a la irrelevancia en la ultraderecha. Ocupen el sitio que les corresponde: la lealtad a su país que es la lealtad también a este Gobierno".

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