Pablo Casado sentenció que el Ejecutivo de Pedro Sánchez está acabado, y empezó a desgranar las claves de su programa electoral. "Convoque cuando convoque las elecciones, estamos preparados", subrayó, para a renglón seguido prometer menos impuestos y libertad en materia educativa y sanitaria. Tras el espaldarazo del Tribunal Supremo, rechazando investigar el caso de su máster, su equipo se reafirmó en la necesidad de tener lista la maquinaria electoral ante un escenario que ven imprevisible. "El Gobierno se cae a trozos, no aguanta, son la orquesta del Titanic", resumió el líder de la oposición.
El PP esperaba con ansia la decisión del Alto Tribunal, que deja manos libres a Casado para recuperar la iniciativa política. "La mentira es el arma con que los cobardes dañan a los inocentes" pero "la verdad siempre se abre paso", escribió Teodoro García Egea en las redes sociales. "Fin del caso", explicaron desde el entorno del presidente de la formación, que se resiste a facilitar sus trabajos a los medios de comunicación. "Espero que se produzcan las disculpas de todos aquellos que durante meses quisieron difamarle con falsedades", enfatizó Rafael Hernando. El PSOE llegó a pedir la dimisión del líder de los populares.
Ahora, Casado espera dejar atrás "la pesadilla" -como definieron el caso cargos de su confianza- y centrarse en desgastar al Ejecutivo al tiempo que presenta su plan para recuperar la Moncloa. En paralelo, irá anunciando los candidatos de la formación a las elecciones autonómicas, locales y europeas del próximo año, que estarán presentados antes de la convención nacional de primeros de diciembre. "Tras lo dicho por la Fiscalía, esperábamos que el Supremo diera carpetazo al asunto, pero tenía que llegar ese día, y por fin ha llegado", remataron las fuentes consultadas, que no se mostraron preocupadas por el hecho de que el Alto Tribunal vea "trato de favor".
"Esto no se sostiene"
Antes de confirmarse la noticia, el presidente del PP ya puso en la diana a Sánchez. "Esto no se sostiene", destacó en un acto en Jerez, junto a Juan Manuel Moreno. Para empezar, consideró "impresentable" que el presidente "se vaya diez días a Norteamérica con la que está cayendo" en un país con un Gobierno "con el vergonzante mérito de que vayan cayendo sus ministros como en la novela de Agatha Christie ‘Los diez negritos’". España no está para bromas, las cosas no van bien", exclamó.
"Está usando a sus ministros de escudo humano", proclamó Casado, en relación a Pedro Duque y Dolores Delgado. A su juicio, Sánchez únicamente les sostiene porque, en caso contrario, tendría que convocar elecciones. "En apenas 100 días tiene a dos ministros dimitidos y dos caminando por el alambre", dijo. Sobre el titular de Ciencia, destacó que es "el mismo escándalo" de Màxim Huerta y echó en cara al presidente sus propias palabras sobre las sociedades patrimoniales. En el caso de Delgado, calificó de "insostenible" su situación "por mentir" y "por no poner en conocimiento de las autoridades una posible comisión de un delito".
Bastante más duro que en otras ocasiones, Casado se revolvió también contra el intento del Ejecutivo de "acallar a la prensa" y habló de "totalitarismo". Un negro diagnóstico para, a renglón seguido, ofrecer "un nuevo Gobierno" a los españoles en cuanto Sánchez convoque elecciones. En este sentido, se refirió a la educación, y se comprometió a la "libertad de elección de centro, una evaluación pública estatal de conocimiento" o "un MIR educativo". También reiteró su intención de "bajar todos los impuestos" y, en materia de Defensa, propuso a Estados Unidos que traslade la base de la VI Flota de Nápoles a Rota (Cádiz), que es "la instalación más competitiva de Europa".