Las nuevas revelaciones de la comida entre el excomisario Villarejo, Baltasar Garzón y Dolores Delgado son demoledoras: el excomisario confesó durante la ya famosa comida que había montado una red de prostitución para extorsionar a personas relevantes de la vida pública con lo que el propio Villarejo denomina "información vaginal".
La entonces fiscal de la Audiencia Nacional demuestra poca sorpresa y ningún escándalo -de hecho su única respuesta es "éxito seguro"-, ni siquiera se levantó de la mesa y, lo que es infinitamente más grave, no hizo nada ante la confesión de varios delitos de notable gravedad.
Según informa un día más Moncloa.com, la confesión se produjo en la ya famosa comida en el restaurante Rianxo. El asunto surge durante una parte de la conversación en la que de nuevo se está hablando de sexo, cuando el excomisario cuenta a la hoy ministra y a Baltasar Garzón "una anécdota": ¿Sabes lo que hice para llevarme al huerto a todo el mundo? Montar una "agencia de modelos", dice el excomisaro, dejando claro que se trataba de una iniciativa personal y no oficial.
La confesión de Villarejo es demoledora y no puede ser más clara: "Gente dura, correosa, en los Consejos de Administración, le ponías una chorbita, se la tiraba y a ese tío que iba a tomar (…) y muerto. (…) Contaban las cosas para que las chicas se sintieran cautivadas. Y claro (….) fíjate qué cosa tan tonta: era la información vaginal que yo decía".
Villarejo da a entender que su agencia de prostitución ya no funcionaba en el momento de la grabación, pero presume del éxito que obtuvo: "Le dimos buena información en su día al gremio. Pero que funcionaba como un tiro aquello, funcionaba como un tiro", asegura, señalando que entre los extorsionados había "gente importante, políticos…" a los que "menuda ruina le buscamos".