El PP ve en la reforma de la Constitución planteada por Pedro Sánchez para eliminar los aforamientos una nueva "cortina de humo". Otra improvisación, un "plagio" más, para desviar el foco sobre la batería de escándalos que afectan al Gobierno, como la tesis del presidente o la reunión de su ministra Dolores Delgado con el polémico José Manuel Villarejo. "No vamos a morder el anzuelo", zanjó Pablo Casado. El PP, eso sí, votará a favor este martes de la propuesta "concreta" de Ciudadanos sobre esta cuestión.
"Si Sánchez quiere que hablemos de este tema, que nos mande su propuesta negro sobre blanco, que no pueda luego rectificar, con tinta imborrable y, a partir de ahí, podremos hablar", afirmó Teodoro García Egea, muy crítico aunque sin cerrar la puerta del todo a un posible entendimiento. El número dos del PP explicó que nadie del Ejecutivo se ha puesto en contacto con ellos, y que en consecuencia desconocen la letra pequeña del plan del presidente.
Para la dirección nacional, la maniobra de Sánchez podría ser fruto del "pacto oculto" con los independentistas. "Quiere que los golpistas escapen cuanto antes del Tribunal Supremo", dijo textualmente García Egea. Y añadió: "Los españoles no merecen un Gobierno que piensa en contentar a Torra y en deslegitimar" al alto tribunal. Cuando ya en el turno de preguntas algunos periodistas le trasladaron que la propuesta del presidente no afecta a esos casos, el secretario general se acogió a la ausencia de detalles para hacer saltar las alarmas. Después, se reafirmaron vista la respuesta de ERC.
El PP dio un argumento más para apretar al jefe del Ejecutivo. García Egea consideró que su anuncio es "un torpedo en la línea de flotación" de Susana Díaz, que rechaza la supresión de los aforamientos en Andalucía. Para la dirección nacional, o todos los parlamentarios –también los autonómicos– o ninguno. "Una reforma global", en palabras del secretario general.
Además, García Egea recordó que su partido lleva en su programa electoral una propuesta de reforma –que guardó en su día convenientemente en el cajón– que ahora hará valer. Y puso como línea roja el mantenimiento del aforamiento del Rey y que se produzca la limitación de las acusaciones particulares para evitar denuncias infundadas por parte de otro partido que pretenda "hacer las listas al contrario". El PP tampoco estaría de acuerdo en retirar ese aforamiento a los magistrados del Supremo, ya que supondría "facilitar el ataque de los independentistas" a jueces como Pablo Llarena.
En Génova dieron por descontado que, con su anuncio, Sánchez trata de acorralar a Casado, que está a la espera de que el Tribunal Supremo tome una decisión sobre el caso de sus estudios. Un día más, García Egea rechazó que el líder popular tenga que facilitar los trabajos de su curso de doctorado, tal y como avanzó este diario.