El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha criticado que el Gobierno pague 544.982 euros a un bufete de abogados en Bélgica para la defensa del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena por la demanda civil presentada contra él en aquel país por los independentistas fugados de España.
"Se le mete una querella por bocazas y ahora pide amparo al poder político, eso es un problema. Lo que ha hecho el Gobierno ha sido ceder ante un chantaje del sector más conservador que vulnera la independencia judicial", ha sentenciado, olvidando las revelaciones de los últimos días que señalan que la querella a Llarena se basa en una traducción trucada para hacer decir al magistrado lo que no dijo nunca, es decir, que Llarena no ha sido "bocazas" en ningún momento.
Impunidad para los políticos presos catalanes
Además, Garzón ha exigido a este viernes al Gobierno de España que "destense" la situación en Cataluña y para ello ha pedido que la Abogacía General del Estado retire la acusación por rebelión contra los dirigentes independentistas que se encuentran en prisión y fugados de España. Es decir, que el poder ejecutivo intervenga en la Justicia por razones políticas como en las repúblicas bananeras tan del gusto del político comunista.
Así lo ha expresado en una entrevista en RNE recogida por Europa Press en la que el diputado de Unidos Podemos ha asegurado que el Gobierno "tiene margen para hacer cosas que mejoren" la situación en Cataluña más allá de promover la intervención de la Fiscalía General del Estado, como pide el independentismo, y ha defendido que un paso podría ser que la Abogacía retire su acusación, que en su opinión, "no tiene ni pies ni cabeza".
Ataca a Ciudadanos
Asimismo, el líder de IU ha tachado de "irresponsables" al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y a la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, por retirar lazos amarillos de las calles de Alella (Barcelona) y los ha acusado de "polarizar" a la sociedad catalana.
En su opinión, esta actuación de los dirigentes de Ciudadanos responde a "un gesto electoral" que lo que busca, a su juicio, es "tratar de rentabilizar para las próximas elecciones una situación que polariza". Por ello, Garzón ha pedido a todos los líderes políticos que piensen en las próximas generaciones y no busquen "situaciones que dividan".