El presidente de la Generalidad, Quim Torra, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, enseguida se pusieron de acuerdo. La esposa del exconsejero de Interior Joaquim Forn, titular del departamento durante los atentados islamistas de hace un año, debía ocupar un lugar de privilegio y bien visible en el homenaje a las víctimas. Así, Laura Masvidal se ha integrado en la comitiva del Govern en representación de su marido. Desde el primer momento el Ayuntamiento, encargado de organizar los actos, se avino a "colar" a la esposa del preso.
Se trataba de expresar ante el Rey la "situación", la existencia de lo que el separatismo y los comunes de Colau consideran "presos políticos". Y al tiempo, homenajear al exconsejero Forn, erigido en símbolo del ejecutivo autonómico que hizo frente a los atentados islamistas. Torra ha esperado al Rey en la plaza de Cataluña acompañado en todo momento por Masvidal. La "misión" era presentársela al jefe del Estado en su condición de sufriente esposa de un "preso político", otra víctima del mismo Estado que según los separatistas no colaboró con la Generalidad en la respuesta a los atentados y que incluso habría ocultado información sensible.
Torra logró su objetivo, pero el Rey superó la zancadilla sin problemas. Les dio la mano a ambos, pero no entabló conversación ni con el presidente de la Generalidad ni con la "representante" del exconsejero preso. También tenía que saludar a Roger Torrent, el presidente del Parlament, y a la alcaldesa, que había vetado la participación del Rey y del presidente del Gobierno en el primer homenaje de la jornada, la ofrenda floral sobre el mosaico de Miró en la Rambla.
.@QuimTorraiPla presenta al rei Felip sisè l’esposa de l’exconseller @quimforn i li recorda que és a la presó pic.twitter.com/cIWFMowkim
— Carme Clèries (@CarmeCleries) August 17, 2018
El protocolo municipal distanció al Rey del presidente de la Generalidad, pero mantuvo la pancarta de quince metros colocada en uno de los edificios de la plaza de Cataluña en que se leía en inglés que el Rey de los españoles no es bienvenido en los "países catalanes". Colau no quiso responder por la pancarta. La consejería de Interior dijo que era problema de la alcaldesa y esta adujo que este viernes era el día de las víctimas y que no iba a entrar en polémicas sobre la "libertad de expresión".
El Ayuntamiento organizó unos actos desangelados, con los familiares de las víctimas en una burbuja. Un escenario blanco y la leyenda "Barcelona, ciutat de pau". Gemma Nierga, la conductora del acto, no repitió el famoso "ustedes que pueden dialoguen" dirigido a los políticos tras el asesinato de Ernest Lluch a manos de ETA. Esta vez todo su discurso rezumó las esencias de la "alianza de civilizaciones". Nierga intervino en catalán. La lectura del poema de John Donne se hizo en los ocho idiomas de las víctimas, el catalán el primero, a cargo de una joven con pañuelo, luego el alemán, el inglés, el francés y así hasta el último, el español.
Al término del acto, los Reyes pudieron saludar uno a uno a los ciento cincuenta familiares de víctimas que se congregaron hoy en Barcelona. Colau y Torra lo habían hecho a primera hora en el Ayuntamiento, donde ni el Rey ni el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habían sido invitados.