Pablo Casado quiere un PP leal y con un discurso ideológico reforzado que se ponga a trabajar ya para ganar las elecciones que están por llegar. Y se rodeó de afines para conseguirlo. Si Soraya Sáenz de Santamaría quiere tendrá una silla en el Comité Ejecutivo, pero poco más. Génova queda a cargo de dos hombres de su entera confianza. Teodoro García Egea es el nuevo secretario general y Javier Maroto, con importantes responsabilidades a su cargo, el vicesecretario de organización. "No voy a aceptar ninguna corriente interna", advirtió el presidente, que tiene detrás a María Dolores de Cospedal y a Alberto Núñez Feijóo. Santamaría optó por no acudir a Barcelona.
El nuevo Comité de Dirección se reunirá el próximo lunes. Vicente Tirado, de la máxima confianza de Cospedal, desplazó a Javier Arenas y se ocupará de la vicesecretaría de política autonómica y local. E Isabel García Tejerina, también próxima a la presidenta del PP de Castilla-La Mancha, es la nueva vicesecretaria de sectorial. La gallega Marta González se encargará de la comunicación y Cuca Gamarra, que apostó por Santamaría en las primarias, de la política social. Andrea Levy se queda como está, al frente de estudios y programas.
Revolución también en las Cortes. Dolors Montserrat se hará cargo del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados en sustitución de Rafael Hernando, que será el nuevo presidente del Comité de Derechos y Garantías, e Ignacio Cosidó relevará a José Manuel Barreiro en el Senado. Arenas también perdió la secretaría general en la Cámara Alta, en manos a partir de ahora de José Ortiz.
Casado subrayó que la mitad de su Ejecutiva es de otras candidaturas. De las 36 personas que ocupan vicesecretarías y secretarías de área diez son del equipo de Cospedal y otras diez del de Santamaría, junto a otras tres que son de los otros candidatos en el proceso interno. Tal y como avanzó este diario, Alberto Nadal, María del Mar Blanco, Sergio Ramos o Carlos Iturgáiz, que apoyaron a la exvicepresidenta, tuvieron cabida en el nuevo organigrama. Desaparece de la primera línea Fernando Martínez-Maillo, el influyente coordinador general en época de Mariano Rajoy.
Santamaría rechazó "la integración" de Casado -ella quería el control de más del 40% de los órganos dirección- y se negó a ir a Barcelona. Tampoco fue Alfonso Alonso en calidad de presidente del PP vasco, aunque sí lo hizo Juan Manuel Moreno, que recibirá al nuevo presidente en Córdoba este sábado. José Luis Ayllón, Fátima Báñez e Íñigo de la Serna consideraron "indignos" los cargos ofrecidos y no entraron en la nueva Ejecutiva. "Ha tenido muy mal ganar", zanjaron desde este sector.
A todos, el presidente del PP advirtió de que a partir de ahora no permitirá movimientos internos en su contra. "Niego la mayor: no hubo negociaciones, aquí hay un equipo que ha ganado un congreso", destacó en rueda de prensa tras el Comité Ejecutivo. "Mi teléfono está abierto para que me responda si quiere integrarse", dijo sobre Santamaría. Habló de puertas abiertas porque "hay puestos para todos". Pero se reafirmó: "Necesito que el partido esté unido, que esté fuerte, y no voy a admitir ninguna corriente interna ni etiquetado de las personas porque todos somos el PP".
Su primera iniciativa parlamentaria será una propuesta para incorporar al código penal el delito de sedición impropia y el de convocatoria ilegal de referéndum. "La presencia del PP en Cataluña va a ser una constante (…) No voy a permitir, desde mi partido, que volvamos a sufrir el escarnio que sufrimos", destacó. Con el objetivo de recuperar a los votantes que se marcharon a Ciudadanos, Casado avisó a los suyos a puerta cerrada de que el PP entra ya en campaña.