Pablo Casado quiere que el PP trabaje desde ya en su "rearme" ideológico. El jueves reunirá a su Comité Ejecutivo en Barcelona, y empezará a poner deberes a los suyos. El objetivo, enfrentarse "con firmeza" al golpe separatista y a "la agenda sectaria en el terreno familiar y moral" de Pedro Sánchez. Pero, también, ofrecer un programa económico distinto al del Gobierno, del que vetará su plan de gasto en el Senado. Y así ir recuperando votos que se fueron en su día a Ciudadanos. En otoño convocará una convención programática para tener al partido a punto de cara a las elecciones.
En el Comité Ejecutivo, además, Casado dará el nombre de los integrantes de su núcleo duro en Génova. De la secretaría general se encargará al "90%" una mujer, según fuentes de su entorno. Y Dolors Montserrat encabeza las quinielas internas, en las que también se cuela Isabel García Tejerina, Rosa Romero o Esperanza Oña. En su equipo también estarán Javier Maroto y Teodoro García, sus principales escuderos desde que anunció su candidatura a presidir el partido.
Su primer gesto como líder del PP fue reunirse con Mariano Rajoy. Bajó al garaje de la sede nacional para recibirle y le acompañó hasta el coche tras su encuentro. Quiso entrar con él en el despacho de la séptima planta que utilizará a partir de ahora. Una reunión de 90 minutos "cordial y lleno de respeto" con la que Casado quiso transmitir que sigue contando con su antecesor, aunque sus discursos sean como el agua y el aceite. Ya por la tarde, despachó con Alberto Núñez Feijóo y se encontró con destacados dirigentes de su partido, como Ana Pastor o Juan Vicente Herrera, en el funeral en homenaje a Gerardo Fernández Albor celebrado en la Catedral de Santiago.
Con Soraya Sáenz de Santamaría se verá el miércoles por la mañana, y Casado le trasladará su intención de "integrar" a cargos de su equipo como Fátima Báñez o José Luis Ayllón. Por el contrario, Oña descartó el domingo en esRadio que en la dirección del nuevo PP pueda caber Celia Villalobos, que vinculó al hoy presidente con la extrema derecha. Javier Arenas, que es número dos del Grupo Popular en el Senado, podría perder su sillón en Génova.
"La que tendrá mucho que decir en la secretaría general y en la nueva dirección es Cospedal", reconocieron las fuentes consultadas. Y tanto Montserrat como Tejerina son de su órbita, como también Juan Ignacio Zoido, cuyo papel fue clave en Andalucía "y que también podría ser un buen número dos si finalmente se decanta por un hombre".
El plan de Casado
A todos, el presidente del PP les reclamará volver a las banderas de siempre, dar de nuevo la batalla de ideas. "Los partidos no son aparatos, son movimientos de ideas. Si tenemos una idea muy clara de lo que queremos de España, muchos irán detrás y otros se irán desenganchado", destacó en una entrevista esRadio, también en un mensaje en clave interna. Quienes no estén conformes con el nuevo rumbo del PP, tienen la opción de hacerse a un lado.
"Una agenda reformista liberal conservadora", resumió Casado, que incluya un reforzamiento constitucional o un cambio de la ley electoral. No descartó promover desde el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, la aplicación de un nuevo 155 en caso de que el proceso separatista siga adelante.
Así, con firmeza, Casado pretende frenar el ascenso de Ciudadanos y que "vuelvan a casa" muchos de los que se fueron por la ambigüedad de Rajoy. "Tenemos millones de españoles deseando tener una razón para votarnos", proclamó, y se declaró optimista ante Federico Jiménez Losantos. En su opinión, el partido irá a partir de ahora subiendo en las encuestas. "El PP ha vuelto, ya no estamos en funciones. Que lo sepa Sánchez -con el que prevé reunirse en breve- y que lo sepan los independentistas", sentenció.