El PP se prepara para afrontar una realidad que ha esquivado durante años. La cifra real de afiliados se aleja muchísimo de la oficial. El comité organizador del congreso dio hasta este lunes a las 14:00h para inscribirse y poder votar el próximo 5 de julio. Se abrieron las sedes durante el fin de semana y los candidatos se movilizaron para intentar promover la participación. Con 20 euros, en teoría, todo moroso se pudo poner al corriente de pago. Pero ni rastro de buena parte de esos más de 860.000 militantes de los que tanto se ha presumido.
El dato oficial del número de afiliados que participará en el proceso congresual –esto es, en la votación de los candidatos y de los compromisarios– se conocerá este martes. Pero las estructuras regionales ya tenían una idea más o menos fidedigna a lo largo del lunes. Y, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana no esperaban llegar a los 9.000 inscritos.Cerca de 4.000 en Alicante, 3.500 en Valencia y 1.300 en Castellón, según datos provisionales. Más o menos los que participaron en el congreso de Isabel Bonig. A 6 de junio de 2018, esta región en teoría tenía más de 140.000 militantes.
En el PP de Madrid especularon con los 11.000 que participaron en el cónclave de Cristina Cifuentes, aunque podrían ser menos, muy lejos de los más de 94.000 registrados por Génova. Por su parte, desde Castilla y León se avanzó que votarán más de 6.500 afiliados, el 13,2% del total. En Andalucía, la estructura en teoría con más adeptos –cerca de 170.000–, se auguraron cifras muy bajas. "Nos ha limitado muchísimo el pago de cuota", según fuentes de la dirección regional. Datos ínfimos en Cataluña -1.500-, Extremadura -unos 2.000- o Aragón -poco más de 1.000-. En Castilla-La Mancha, rozaron los 5.000 inscritos, 1.000 más que en su último congreso autonómico.
El COC guardó oficialmente silencio, aunque dirigentes del organismo descartaron llegar a los 60.000 inscritos, menos del 10%. "Todavía estamos recibiendo los datos, hay mucha gente que no ha ido a las sedes hasta este lunes por la mañana", explicaron. "El problema es que no se ha actualizado el censo, esto ya se vio claramente en los congresos regionales", subrayó un barón autonómico.
En paralelo, se produjeron las primeras denuncias. Desde la candidatura de Pablo Casado se deslizó que le han llegado decenas de quejas de "gente joven del partido" a la que se le pidió más de 20 euros para estar al corriente de pago "o se le dijo que por ser de Nuevas Generaciones no había que pagar y después que ya no podían". Públicamente, el propio Casado habló de "presiones", pero no dio más detalles. "Pido que se deje a los afiliados votar en libertad", exigió en Antena 3. "No dejes que te digan lo que tienes que votar. Ni los jefes de tu sede, ni los de la administración que gobierna tu autonomía, ciudad o pueblo. Pelea por tu libertad", escribió Isabel Díaz Ayuso en Twitter.
"Candidatura de consenso"
A la espera de datos oficiales sobre los afiliados, la propuesta de María Dolores de Cospedal –que se dio un baño de masas en Murcia y Almería– de una "candidatura única de consenso" tras el 5-J centró el tercer día de campaña. Hecho el anuncio en esRadio, la cuestión fue acogida con frialdad por sus principales adversarios. "Yo estoy comprometida con la generosidad", afirmó Soraya Sáenz de Santamaría, sin dar una respuesta clara. Casado tampoco se comprometió, a pesar de que una parte del PP consideró "un riesgo" que el más votado por los militantes no logre después el respaldo de los compromisarios, como puede ocurrir reglamento en mano.
Por otra parte, el COC rechazó la candidatura de José luis Bayo al no cumplir los requisitos exigidos. De los 100 avales requeridos sólo eran válidos 42, hecho que no fue subsanado en el plazo concedido. Así pues, seis son finalmente los aspirantes a suceder a Mariano Rajoy.