El PP escribió un nuevo capítulo de su historia. Los aspirantes a hacerse con el poder del partido, alguno caja en mano con sus avales, se trasladaron a Génova13 para formalizar sus candidaturas. Se vivieron imágenes inéditas en la sede nacional de una formación acostumbrada hasta ahora al dedazo. La última sorpresa la dio un concejal de Valencia muy crítico con Mariano Rajoy, Elio Cabanes, que también dio el paso. Ana Pastor rompió su silencio y reconoció que muchos en el partido la animaron a presentarse, pero confirmó que su sitio seguirá estando en el Congreso.
El plazo para la presentación de candidaturas expiró a las 14:00h. Los primeros en presentar sus avales fueron aquellos que, a priori, tienen menos opciones de pasar el corte en la votación del próximo 5 de julio. José Manuel García-Margallo y José Ramón García Hernández se cruzaron, y se dieron un abrazo en presencia de los periodistas. También apareció Cabanes con sus más de 100 firmas mientras que José Luis Bayo ya presentó toda la documentación el pasado lunes.
Soraya Sáenz de Santamaría apareció andando, rodeada de sus fieles. Alfonso Alonso, José Luis Ayllón y Fátima Báñez la escoltaron mientras le llegaban los apoyos de Íñigo de la Serna o Álvaro Nadal. "Estoy preparada para dirigir el PP", aseguró ante los periodistas. Se mostró dispuesta a hablar "antes, durante y después" para integrar candidaturas porque, adujo, lo importante es "fortalecer el partido". "Muchos, muchos", respondió en relación al número de avales presentados.
Pablo Casado sí dio una cifra: alrededor de 5.000 firmas. Y también se hizo acompañar de quienes conformarán su núcleo duro. Encabezados por Javier Maroto, jóvenes del partido como Belén Hoyo, Teodoro García Egea o Isabel Díaz Ayuso. Pero también veteranos como José Ignacio Echániz, que fue consejero de Castilla-La Mancha, o Ignacio Cosidó, exdirector de la Policía Nacional. Y lanzó un primer mensaje potente de campaña. "Somos la única candidatura que garantiza que el PP no se rompa", dijo, con todo el partido especulando sobre el pulso entre Santamaría y María Dolores de Cospedal. "Fortalecerá la unidad", insistió, y a partir de este miércoles se echará a la carretera para recorrerse el país.
El principal quebradero de cabeza de Casado vino, una vez más, por la polémica sobre sus estudios. "Las casualidades en la vida no existe", lamentó Casado, que defendió la legalidad de las convalidaciones de asignaturas de su máster. Atendió varias veces a los medios de comunicación para responder preguntas sobre este asunto. "Me parece muy casual que justo cuando presento mi candidatura al PP aparezca un tema de hace diez años, que tiene tan poca trascendencia tanto mediática como académica como, por supuesto, legal", denunció en los pasillos del Congreso.
La última en llegar a Génova13 fue Cospedal, con más de 3.300 avales y rodeada de afilados de base. Si bien Ángel Garrido, Juan Ignacio Zoido, Rafael Catalá o Isabel Tejerina dejaron claro que están de su lado y Dolors Montserrat, otrora ministra de Sanidad, anunció que será su portavoz de campaña. "Aquí lo que tenemos que hacer es sumar para ganar, y de eso me voy a ocupar", proclamó la todavía secretaria general. Durante este proceso, hablará con Santamaría, a quien buscará un hueco en su equipo en caso de victoria, según afirmó en La Sexta. Públicamente, ambas evitaron en todo momento la confrontación.
El temor en el PP, en todo caso, es que la batalla final entre Cospedal y Santamaría haga insoportable el ambiente hasta el congreso. En este sentido, Margallo advirtió sobre el riesgo de "fragmentación" si el proceso se plantea como "una guerra de las Dos Rosas o una entre los Montesco y los Capuleto". "Una vez se vaya acercando el día de la votación, la cosa se irá enturbiando más", auguró un líder regional, que confirmó que ya son muchos los movimientos en las sedes. En Andalucía, Comunidad Valenciana o Castilla y León la división es más que palpable, con ellas como protagonistas. Y de ahí que Casado aprovechara para enfatizar que sólo con él la unidad está garantizada.
Ahora, el comité organizador del Congreso analizará los avales presentados y el viernes confirmará quienes pueden hacer campaña y presentarse a las elecciones internas, que se celebrarán el día 5. Únicamente llegarán al Congreso los dos más votados, pero puede haber un candidato único. Eso ocurriría si en la votación de los afiliados alguien logra más del 50 por ciento de los votos totales y, además, es el preferido en más del 50% de las 60 circunscripciones electorales y obtiene una diferencia de, al menos, 15 puntos sobre el segundo. Ya en el cónclave del 20 y 21, la última palabra la tendrán los compromisarios, que también serán elegidos el 5 de julio salvo los miembros natos –más de 500–.