A Ferran López, el comisario de los Mossos d'Esquadra que dirigió el cuerpo policial autonómico durante la aplicación del artículo 155, no le han tenido que decir dos veces que no encaja en el perfil que el Govern Torra quiere para mandar en la policía de la Generalidad. El pasado 4 de junio entregó una carta de renuncia al nuevo consejero de Interior, Miquel Buch, que ha cesado este jueves al policía.
A partir de ahora y hasta nueva orden, el jefe operativo de los Mossos es un político, Joan Andreu Martínez, director general de la policía que amplía funciones. Por debajo tendrá a dos comisarios, Miquel Esquius, jefe de la comisaría superior de coordinación territorial, y Joan Carles Molinero, de la comisaría de coordinación central, que eran los hombres de confianza de Trapero ratificados por López durante los nueve meses en los que se hizo cargo de los Mossos.
Joan Andreu Martínez es un exdirectivo de TV3 de la confianza del secretario general del departamento de Interior, Brauli Duart, hasta hace una semana presidente del ente que agrupa TV3 y Catalunya Ràdio. Tanto Duart como Martínez ya habían ocupado cargos en la consejería de Interior en anteriores etapas de gobiernos nacionalistas.
Según el consejero Buch, Martínez tiene el encargo de realizar un análisis del funcionamiento y organigrama de la policía catalana a fin de encontrar un nuevo "mayor", puesto que Josep Lluís Trapero rechazó ser restituido en el cargo dada su situación procesal en la Audiencia Nacional. Ante la prudente negativa, el president Torra y Buch han optado por acentuar el sesgo político de los Mossos tras el parón del 155.