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Rajoy pierde la Moncloa entre lamentos del PP: "Nos echan"

Deja su escaño vacío tras conocer el veredicto del PNV. Cospedal informa de que no dimitirá pero no aclara si seguirá al frente del PP. 

Se acabó. Fin de ciclo. Mariano Rajoy cayó de la forma más abrupta y dolorosa. Un día creía tener atada la legislatura tras aprobar los Presupuestos y al otro todo se había derruido. Esos "casos aislados" de corrupción permitieron a Pedro Sánchez presentar una moción de censura, y el PNV, ese partido "serio" que tanto elogió, acabó dándole la estocada. Según su equipo, no dimitirá bajo ningún concepto. Cuando le echen de Moncloa, el PP le estará esperando para hablar del futuro.

Desde hace meses, el PP encadena días negros, jornadas de infarto, momentos de depresión. Nada como lo de este jueves. Los diputados llegaron a primera hora al Congreso albergando todavía alguna esperanza. La cosa pintaba muy mal, pero no querían darlo todo por perdido. A esa hora, oficialmente, el PNV no le había transmitido a Rajoy su decisión. Pero al escuchar a Sánchez, tan venido arriba y con "tanta seguridad", se dieron cuenta de que les quedaba horas en el poder. "Nos echan", resumió gráficamente un diputado.

Cuando Rajoy salía de la Carrera de San Jerónimo para comer, el PNV filtró que las cartas estaban echadas y que Aitor Esteban anunciaría el veredicto en el hemiciclo. Por deferencia, informaron antes al presidente, que ya no acudió al Congreso. Se resguardó con su núcleo duro en un restaurante próximo, donde estuvo cerca de nueve horas. Y desde allí se lanzó un mensaje claro: no habrá dimisión que valga. María Dolores de Cospedal llegó a comparecer en el Escritorio de la Cámara Baja para disipar todas las dudas.

"No se lo merece, no nos lo podemos creer", admitió un asesor gubernamental. Ministros y altos cargos deambularon por los pasillos de la Cámara mientras que algunos, enfadados, optaron por marcharse al comprobar que su líder no iba a parecer. "Frustración y rabia", resumió un líder autonómico. Un miembro de la dirección del Grupo Popular apuntó contra Albert Rivera: "La culpa es suya, que ha aglutinado una mayoría alrededor de Sánchez. Él nos ha llevado a esta situación", estalló casi a gritos. Muchos populares abuchearon al líder naranja cuando hablaba desde la tribuna de oradores.

Fuentes del partido acusaron Ciudadanos de airear la posible dimisión de Rajoy. Pero lo cierto es que una parte del PP también lo sugirió, con más insistencia cuando se confirmó que todo estaba perdido. A todos ellos, Cospedal replicó: "No dimite porque en absoluto hay garantía de que pudiera gobernar alguien del PP".

Una vez fuera de Moncloa, Rajoy tendrá que tomar decisiones. ¿Será líder de la oposición? ¿Continuará al frente del PP? Su número dos no descartó ningún escenario. "Lo lógico es que ahora Rajoy pilote una transición y se celebre una Junta Directiva Nacional y un congreso extraordinario", según un veterano de la formación. "Renovación, esto es el fin", añadió un líder regional consultado por este diario. Si bien, en Génova mostraron mucha más cautela. "Paso a paso", enfatizaron. "Intentará resistir", auguró uno de sus interlocutores.

Y una vez más, en los momentos más críticos del PP, cuando todo parecía desmoronarse, Rajoy optó por resguardarse. En su escaño, el bolso de la vicepresidenta. Para Cospedal, la posición del todavía presidente quedó clara en su intervención matutina en las Cortes. No hacía falta que se le viera más, que hablara más. Entonces, denunció que el único punto en el programa de gobierno de Sánchez es echarle a cualquier precio, pactando lo que sea con los independentistas. "Sabe que en las urnas no ganará nunca", se revolvió. Fue vehemente, duro, como "si ya estuviera practicando como líder de la oposición", ironizó un popular. "A España no le conviene que Sánchez sea presidente", zanjó Rajoy. Sí o sí irá a votar el viernes.

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