Mariano Rajoy quiere mantener la unidad del bloque constitucionalista ante el nuevo escenario que se abre en Cataluña. Está especialmente irritado con Albert Rivera, que la pasada semana anunció la ruptura con el Gobierno y ahora pide mantener vigente el artículo 155 de la Constitución ante el perfil radical de Quim Torra y extenderlo a TV3. "Es desleal, no le importa decir una cosa y la contraria y engañar a la gente con tal de lograr más votos", lamentaron desde el entorno del presidente. El propio Rajoy, la pasada semana en el Congreso de los Diputados, le pidió que se fije en el PSOE. "Le iría muchísimo mejor", aseguró.
Para evitar la fractura total, el gabinete del jefe del Ejecutivo se puso en contacto con el de Sánchez y el de Rivera para cerrar un encuentro esta misma semana, después de que Torra haya sido investido presidente de Cataluña. Con Sánchez se verá este mismo martes a primera hora en Moncloa. El cara a cara con Rivera no se producirá hasta el jueves, una vez Rajoy regrese de un viaje oficial a Sofía. Fuentes de la Moncloa llegaron a informar de que el presidente estaba "a la espera de la respuesta de Ciudadanos" para cerrar el encuentro, aunque poco después anunciaron que todo había sido ya solucionado. Pablo Iglesias queda al margen de la ronda de contactos.
Las posiciones de Sánchez y Rivera con respecto a Cataluña son muy diferentes. El primero reclamará una "respuesta política" y el segundo mantener vigente el artículo 155. Rajoy les trasladará que intentará abrir un periodo de diálogo con Torra, pero que hará cumplir la ley y, en caso extremo, volverá a hacer uso de la herramienta constitucional que le ha permitido controlar hasta ahora la Generalidad. El 155 desaparecerá tras la toma de posesión del nuevo Gobierno autonómico.
En Segovia, tras presidir el acto de entrega de las grandes cruces de Alfonso X el Sabio, Rajoy desgranó brevemente su plan de acción en Cataluña. Ofrecerá "entendimiento y concordia" a Torra. "Pero de la misma manera que digo esto, y lo digo porque lo siento, garantizo que la ley, la Constitución española y el resto del ordenamiento jurídico se van a cumplir. Y creo que es bueno que nadie se llame a engaño", precisó el presidente.
El sábado, tras la primera intervención de Torra en la Cámara autonómica, en Moncloa saltaron todas las alarmas y emitieron un duro comunicado dando prácticamente por imposible una interlocución. Este lunes, Rajoy rebajó la tensión aunque "no" le guste el discurso del líder independentista. Y pidió especialmente a Ciudadanos "mesura" ante el tiempo que se avecina. "La ansiedad no conduce a nada, no resuelve nada y no es lo que en estos momentos deben tener las personas para abordar una situación tan compleja como ésta", subrayó el presidente.
El enfado con Ciudadanos es enorme en el Gobierno. Ministros y altos cargos del PP se desahogan a micrófono cerrado. Pero Rajoy buscará reconducir la situación, según las fuentes consultadas. Tras el choque el pasado miércoles en el Congreso, pidió a Fernando Martínez-Maillo que se viera con José Manuel Villegas para templar los ánimos. Después, públicamente, no dio por roto el acuerdo. En Cádiz, preguntando expresamente por la actitud de Rivera, sonrió, respiró y aseguró que hará "todo" lo que esté en sus manos para conservar el consenso aunque eso le obligue "a no decir algunas cosas".
Poco antes del debate de investidura en Cataluña, Rivera reiteró su petición de extender el 155 y sus ataques al jefe del Ejecutivo. "Rajoy tiene que rectificar. No puede ser que el PNV esté marcando la agenda política nacional. España es mucho más importante que el futuro político de nadie, la agenda política no la pueden marcar los nacionalistas", señaló el líder naranja poco antes de la reunión de su Ejecutiva en pleno, de la que se ausentaron por razones obvias Inés Arrimadas y algunos dirigentes catalanes como Fernando de Páramo.
En la rueda de prensa posterior, fue Villegas el encargado de remarcar el discurso. El secretario general naranja pidió no quedarse "paralizado" y aludió a la negociación presupuestaria, en la que el PNV siempre ha puesto como condición sine qua non para dar su apoyo la retirada del 155, como la que explicaría esa actitud de Rajoy: "No podemos perder ni un día, no podemos andar calculando el calendario a ver cuándo va a ser la votación de los Presupuestos Generales del Estado para empezar a actuar".
Moncloa ve a Sánchez con "sentido de Estado"
En cuanto a Sánchez, en Moncloa destacaron su sentido de Estado. Al menos, de momento. José Luis Ábalos fue el primero en informar de la reunión de este martes. "Van a abordar un desafío importante y considerable. A partir de ahí, todo está abierto", aseguró el secretario de organización de los socialistas. La cita no tendrá orden del día, más allá de analizar la situación en Cataluña. Y enfatizó: "Sánchez, cada vez que se ha visto con el Gobierno, siempre ha requerido iniciativas políticas que van más allá de las respuestas de intervención con los mecanismos legales de excepcionalidad o las respuestas judiciales".
En este sentido, y en línea con la posición expuesta con el Gobierno, el PSOE respaldará "un nuevo 155" si se vuelve a quebrantar la ley en Cataluña. Pero no es partidario de alargar la vigencia del actual artículo, como así exige Ciudadanos. "El acuerdo establece que, en cuanto haya Gobierno en Cataluña, cesa la aplicación del 155. Si, a partir de ahí, ya con un nuevo Ejecutivo, se dieran supuestos que afectan a la legalidad, se podría volver a plantear esta respuesta", expuso Ábalos, censurando a Rivera. Desde la pasada semana, en Moncloa recomiendan al líder de Ciudadanos que "se lea" lo que rubricó en su día.
"La respuesta tiene que ser firme, serena, desprovista de cualquier ataque de histeria, como algunos pueden estar planteando", remataron desde el PSOE.