Todos las miraban a ellas. Compañeros de siglas, rivales políticos, periodistas. Separadas por una silla vacía, la de Ángel Garrido que estaba en el atril, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría hicieron patente como nunca antes su enorme distanciamiento, esa enemistad tantas veces comentada en los pasillos. Apenas se cruzaron la palabra, se fueron por separado y no atendieron a los periodistas ni protagonizaron los tradicionales corrillos de los actos del Dos de Mayo. "Ahí tenéis la noticia", constató un destacado dirigente del PP.
La vicepresidenta confirmó su asistencia a las celebraciones de la Puerta del Sol poco después de la dimisión de Cristina Cifuentes. "Siempre va", recordaron desde su equipo. La secretaria general lo hizo el martes por la tarde, horas antes de que se abrieran las puertas de la sede de la Comunidad de Madrid. Su asistencia no estaba recogida en las previsiones del Ejecutivo ni del PP. "Nunca suele acudir". Pero cambió de opinión y se le buscó un hueco en primera fila, muy cerca de Santamaría. Mariano Rajoy, mientras, prefirió trasladarse a Burgos, donde participó en un acto "muy bonito" en su catedral.
Así, el desapego de las dos mujeres más poderosas del PP -Cospedal con gesto serio y Santamaría más sonriente con unas llamativas gafas de sol- quedó a la vista de todos. Y con el partido en estado de ebullición, todavía noqueado tras la caída política de Cifuentes. Únicamente Alfonso Ussía, uno de los premiados, la nombró porque "sería muy grosero no recordarla". Ángel Garrido, el presidente en funciones, hizo un discurso muy institucional y llamó a la unidad nacional. Ni una mención sobre la expresidenta, que no apareció por Sol.
El PP cree que dejará también el acta
En relación a Cifuentes, fuentes del PP de Madrid auguraron que "más pronto que tarde" acabará dejando también el acta de parlamentaria. "Quedándose se estaría haciendo daño ella y al partido", en palabras de un destacado dirigente regional. Y, por supuesto, arreciaron las especulaciones sobre candidatos. "En los momentos complicados, tenemos que volver a reivindicar y recordar que el PP está por encima de cualquiera de nosotros", destacó Pablo Casado, posible cabeza de cartel en 2019. Génova, además, no descarta que pueda dirigir la gestora.
Con Santamaría, Casado está en todas las quinielas internas. "No tengo nada claro que a Soraya el partido le recibiera bien", soltó un cargo local entre canapé y canapé. La vicepresidenta no quiso hablar tampoco de esta cuestión mientras que el vicesecretario de comunicación pidió tiempo. "El presidente del Gobierno ya ha dicho que se va a tomar unos días de reflexión y que primero toca la investidura y luego podremos hablar del partido", afirmó ante una nube de periodistas. Muchos fueron a saludarle.
Efectivamente, ahora Génova tendrá que decidir quién se hará con las riendas de la Comunidad hasta las próximas elecciones. En el PP de Madrid siguen sin descartar la opción de Garrido. "El hecho de que Cospedal haya venido es muy significativo", según cargos populares que trabajan en Sol. En la terna, además, Pedro Rollán, Juan Antonio Gómez-Angulo, Rosalía Gonzálo o Carlos Izquierdo. "La decisión no tardará en llegar. Hay que pasar página cuanto antes", apuntaron fuentes de la dirección nacional. Nadie pareció echar de menos ni a Esperanza Aguirre ni a Alberto Ruiz-Gallardón, imputado la semana pasada por el caso Lezo.