Las declaraciones de Borja Sémper, reconociendo que "se puede adecuar" la política penitenciaria si ETA desparece definitivamente, alimentaron las dudas de parte de las víctimas sobre el plan del Gobierno y provocaron un importante revuelo en el seno del PP. "No habrá contrapartidas ni impunidad", aseguró su jefe, Alfonso Alonso, a primera hora de la mañana. El toque de atención también llegó por parte de la dirección nacional. Según Pablo Casado, "no" habrá cambios presentes ni futuros en este sentido.
Ante la crisis provocada, Sémper quiso explicarse ante los micrófonos de esRadio. Aseguró que su intención fue alertar de que "se va a recrudecer el debate" sobre la política de dispersión de los presos de ETA. "En el País Vasco, el PP es el único que la defiende" y "una vez se disuelva ETA, ese debate se va a incrementar", explicó. Y enfatizó: "No hay ninguna prisa para cambiar la política de dispersión".
El domingo, en una entrevista en Servimedia, el portavoz del PP en la Cámara de Vitoria afirmó que, "sin prisa" y con "decisiones reflexionadas", se podría "adecuar a la realidad del momento" la política penitenciaria. En el programa de Dieter Brandau, aclaró su posición, pero no descartó finalmente que puedan producirse esos cambios. Aunque "si algún día se cambia o hay que reflexionar sobre ello, no será porque ETA nos presiona" y "siempre consultando y teniendo en cuenta la opinión de las víctimas", según sus palabras. La prioridad, a su juicio, han de ser los cientos de casos sin resolver en los que está implicada la banda terrorista. "Me duele que se tenga cualquier forma de sospecha", llegó a decir.
En este sentido, Sémper se revolvió contra el comunicado de los Obispos vascos, pidiendo excusas por sus "complicidades" con ETA. Fue muy contundente. Por dos veces, aseguró que "no" perdona "a la jerarquía de la Iglesia en el País Vasco" por los años "de abandono y por su equidistancia". "Quizá en unos meses", añadió.
Además, rechazó que el Ejecutivo se plantee ceder la gestión de la Seguridad Social al País Vasco a cambio de aprobar los PGE. Un extremo que también negó Casado después de una reunión de los vicesecretarios generales en Génova13. "El Partido Popular sigue comprometido con la unidad de la Caja de la Seguridad Social, que es uno de los pilares fundamentales para mantener la solidaridad interterritorial de nuestro sistema de bienestar", aseguró el portavoz popular.