Habíamos anunciado que el programa Malas Compañías de este domingo en La Sexta iba a tener un interés especial, al tratarse de la primera incursión de una cadena de progreso en la corrupción del PSOE andaluz. Las cantidades malversadas en los escándalos de los ERE y de los cursos de formación en Andalucía son tan apabullantes que carecen de parangón en todo el continente europeo a excepción del latrocinio del clan de los Pujol, hoy por hoy convertido en una cima inalcanzable hasta para los socialistas andaluces (que ya es decir) a tenor de las cifras que se vienen manejando. Pues bien, una vez más Cristina Pardo no defraudó.
El espacio de este pasado domingo es fundamental por dos razones: es la primera vez que una televisión nacional investiga a fondo el régimen clientelar del socialismo andaluz y, por otro lado, el resultado permite conocer perfectamente por qué el PSOE ha sido, es y será también en el futuro la fuerza política hegemónica en Andalucía.
El programa recoge testimonios de numerosos afectados por las redes clientelares del socialismo andaluz que, durante la crisis económica, experimentaron un crecimiento exponencial. De esa etapa surgen los principales sumarios investigados por la Justicia, con centenares de imputados entre la Junta de Andalucía, la inseparable pareja de sindicatos de clase (alta) y las numerosas empresas creadas para depredar los fondos públicos destinados a paliar la tasas de paro en Andalucía que, tras cuatro décadas de régimen socialista, siguen siendo la vergüenza del mundo civilizado.
El alcalde de Dos Hermanas, el socialista Francisco Toscano, explicó a Cristina Pardo, tal vez sin pretenderlo, las claves del éxito del sistema político vigente en Andalucía. Esa parte del programa es esencial, porque uno de los protagonistas destacados de la política andaluza revela la forma en que el socialismo, que en democracia es solo una opción política más, ha devenido todo un régimen en Andalucía en el que el partido y la administración autonómica se confunden, con el resultado de que los fondos públicos a su servicio se gestionan con absoluta discrecionalidad.
Ante la mirada estupefacta de la presentadora del programa, Toscano explicó con total tranquilidad que el ayuntamiento de Dos Hermanas, ciudad con más de 130.000 habitantes, es la principal (por no decir la única) agencia de colocación, un modelo basado en el subsidio y el voto cautivo que su regidor quiere exportar al tercer mundo dada su probada eficacia en la localidad. La técnica consiste en ir rotando a los obreros para que cubran las cotizaciones suficientes para trincar un subsidio estatal, momento en el cual son despedidos y otra nueva remesa de desempleados ocupa sus puestos con idéntico fin. Cuando un modelo perverso por sí mismo se defiende ante las cámaras con tanto desparpajo por parte de uno de los políticos con mayor responsabilidad municipal, es fácil suponer lo que ocurre en las zonas rurales, donde La Pesoe actúa con mucha mayor impunidad.
El documento no tiene desperdicio, como se puede comprobar en el siguiente vídeo. No es un actor ni un experimento de cámara oculta. Es el alcalde de uno de las principales ciudades de Andalucía, explicando a una periodista el funcionamiento corrupto del régimen socialista andaluz.