Mariano Rajoy confirmó un Consejo de Ministros extraordinario el próximo 27 de marzo, Martes Santo, para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, que después serán remitidos al Congreso de los Diputados. Y se dirigió a la oposición para reclamar acuerdos. Citó las pensiones -que vinculó a las cuentas públicas-, la financiación autonómica o la política hidráulica. "Hablan y hablan pero no arreglan nada", se quejó el presidente, para volver a criticar a "radicales" y "oportunistas".
Acudió a Murcia para respaldar a Fernando López Miras –34 años–, proclamado presidente de la formación tras la abrupta salida de Pedro Antonio Sánchez, imputado por presunta corrupción. Obtuvo más del 90% de los votos en las primeras elecciones primarias del partido regional en las que se enfrentó al histórico Antonio Garre.
Rajoy sacó pecho de democracia interna en el PP, a pesar de que él es quien tiene la última palabra en la designación de los candidatos autonómicos y a capitales de provincia. Y reivindicó la seriedad de su formación, encargada de tomar "siempre" las "decisiones difíciles". "A nosotros nos gusta España y defendemos la unidad y la soberanía nacional. Cuando hay que tomar decisiones, las tomamos nosotros", enfatizó, y se quejó del "bla, bla, bla" de la oposición.
"El Gobierno ofrece pensiones seguras y la oposición promesas falsas", afirmó, después de que los jubilados volvieran a salir el sábado a la calle. Y enfatizó de nuevo: "Hablar es relativamente fácil" pero "yo fui con la verdad por delante" al debate monográfico "y dije lo que tenía que decir". Se revolvió entonces contra el PSOE: "Que venga a dar lecciones quienes generaron una pérdida de más de 3 millones de empleos es un poco duro". "Si seguimos creando empleo, las pensiones subirán más y pronto", quiso mandar un mensaje de optimismo.
El presidente también sacó a colación el rifirrafe parlamentario por la prisión permanente revisable. Por primera vez, tachó de "lamentable" lo vivido en la Cámara Baja y acusó a los socialistas de "insultar" a los familiares de las víctimas. "Es una vergüenza que algunos digan que las víctimas piden venganza; lo que quieren es que nadie tenga que sufrir lo que han padecido ellos", razonó. "Pido al resto de fuerzas que escuchen a la gente y tengan sensibilidad", dijo, en relación a la negociación que ahora empieza en la comisión de Justicia. "Conviene escuchar a la gente", insistió.
También lanzó algún dardo a Ciudadanos. Tras criticar a los "populistas", afirmó que "ahora también está muy de moda la política envoltorio, de papel de regalo sin nadie dentro". Y se reivindicó en un momento en el que las encuestas siguen siendo muy negativas: "España necesita valores antes que ocurrencias. Somos el partido original del centro-derecha español", destacó.