El documento que recoge el acuerdo del grupo parlamentario de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya, y ERC es largo y prolijo, según ha explicado este jueves el portavoz del fugado, Eduard Pujol. E incluye una "propuesta transformadora tan potente", en sus palabras, que a la CUP le será imposible rechazarlo y prestar dos diputados para que voten a favor del candidato Jordi Sànchez.
El acuerdo se ultimó y envió a la CUP el miércoles por la noche, con un ligero retraso sobre el plazo previsto, razón por la que Pujol ha pedido excusas en TV3 a los antisistema. En los papeles remitidos a los diputados y dirigentes cuperos no consta el reparto de cargos en el gobierno autonómico entre junteros y republicanos, lo que podría suponer un serio inconveniente para la concesión del visto bueno por parte de la CUP a la investidura y la constitución del ejecutivo.
"Proceso constituyente"
El pacto incluye un "proceso constituyente" abierto a la ciudadanía y que se consolidaría al final de la legislatura con la celebración de un multireferéndum que alumbraría una suerte de constitución de la república catalana. "Se pondrá todo en cuestión sobre un papel en blanco" ha afirmado Pujol para ilustrar las bondades de una oferta a medida de la CUP. Sobre el particular, los antisistema abogan por la unilateralidad como procedimiento desde el principio de la legislatura, un escenario que hasta los más acérrimo de Puigdemont reconocen impracticable.
En un plano algo más concreto, el acuerdo dispone el despliegue de una batería de leyes sociales que incluyen la renta mínima garantizada, un salario mínimo igual al 60% del sueldo medio, una "agencia catalana de protección social", la aplicación de la ley de pobreza energética que está recurrida en el Tribunal Constitucional, subidas fiscales a las rentas medias y altas y otras concesiones a la retórica antisistema que hacen sospechar a la propia CUP sobre las intenciones de los puigdemonianos.
Pujol también ha subrayado la inclusión en el pacto del denominado "espacio libre de Bruselas", la corte en la "Casa de la República" en Waterloo de Carles Puigdemont, un asunto capital para Junts per Catalunya y que ha capitalizado gran parte de las negociaciones.
Todo apunta a que la CUP rechazará de primeras el documento para forzar una renegociación a tres bandas que le dé un cierto protagonismo hasta el lunes, fecha fijada por Roger Torrent para una sesión de investidura cuya celebración está más que entredicho.