El PP se conjuró tras su histórico batacazo en las catalanas para remontar el vuelo. Mariano Rajoy dio orden a sus ministros de recuperar la iniciativa legislativa, se convocaron convenciones de todo tipo para reanimar al partido y empezaron los contactos entre Génova y las estructuras locales y autonómicas para para adelantar la designación de los candidatos de cara a las elecciones de 2019. En paralelo, el presidente se puso el mono de campaña y lleva días recuperando el mensaje del PP o el caos, alertando sobre una "mezcla letal" para España que aúna "socialismo", "populismo en sus distintas versiones" y "nueva polémica".
Sin embargo, nada parece surtir efecto. Y los ánimos siguen muy bajos de puertas para adentro. "Es evidente que Ciudadanos es el nuevo orden mundial", avisó este martes el histórico dirigente Jaime Mayor Oreja, hoy muy distanciado de Génova. En privado, barones y altos cargos del partido consultados por este diario no le quitan razón. "Aunque las encuestas estén infladas y no se ajusten a la realidad, la tendencia está clara", en palabras de un líder territorial. Los negros augurios en Andalucía han sido demoledores para el partido, a pesar de que Juan Manuel Moreno insista en que es "imposible" que el partido naranja supere al PP.
Además, la guerra abierta con Ciudadanos deja a Rajoy en una situación muy difícil en el Congreso de los Diputados. La interlocución con Albert Rivera es prácticamente nula, no se cumplen muchos de los puntos del acuerdo de investidura y el partido naranja empieza a aliarse con el PSOE y Podemos. La primera reforma amenazada es la ley de seguridad ciudadana, pero podrían llegar otras. Y sigue sin haber acuerdo sobre los Presupuestos Generales del Estado, que saldrán del Consejo de Ministros antes de Semana Santa sin visos de ser aprobados por las Cortes.
En Barcelona, donde visitaba el congreso de móviles, Rivera reiteró sus exigencias para respaldar los Presupuestos, singularmente la retirada de la senadora del PP Pilar Barreiro, imputada por la Púnica: "Que no haya senadoras atornilladas al escaño, como suele hacer el señor Rajoy con sus casos de corrupción", exigió.
Iglesias: moción de censura ya
En este contexto, Pedro Sánchez apuntó por primera vez a un adelanto electoral. "Me gustaría decirle al presidente que su obligación es aprobar los Presupuestos y que, como no los apruebe, lo que tiene que hacer es convocar elecciones", afirmó en una entrevista en El Confidencial. Desde Podemos no tardaron en sacar a colación su moción de censura. "Este señor de Pontevedra -en referencia a Rajoy- no tiene muchas ganas de marcharse, nos lo ha mostrado hace tiempo. Lo vamos a tener que echar", aseguró Rafael Mayoral. En esta misma línea, Pablo Iglesias recriminó al líder del PSOE que "prometía unas cosas en campaña" y luego "llevarlo a la práctica le cuesta mucho más". "Sánchez dijo que su primer objetivo era echar a Rajoy y no quiere. Que pregunte a sus bases si quiere una moción de censura", enfatizó en declaraciones a La Sexta.
En Moncloa respondieron que Rajoy no tiene intención de adelantar las elecciones y que las cuentas públicas podrían prorrogarse hasta 2019. "No se pongan nerviosos, no hay elecciones a la vista", trasladó Carlos Rojas, portavoz adjunto del PP. Si bien, fuentes de la dirección nacional reconocieron que la imagen de un Gobierno agonizante do en la Cámara Baja, perdiendo todas las votaciones, es letal. "Si se atreven a tocar la reforma laboral, si dan ese paso, iríamos a elecciones", auguraron en Génova, tal y como avanzó este diario.
Indignación en Moncloa por las pensiones
Esta semana está siendo especialmente aciaga para el PP. Con todos los partidos pensando ya en elecciones, la oposición también se alineó para desgastar al Gobierno aprovechando las protestas en la calle de los pensionistas. "Lanzar este debate como se está lanzando es populismo puro y duro", se quejó este miércoles Íñigo Méndez de Vigo, el portavoz del Ejecutivo. "Deslealtad", proclamó Fátima Báñez, que emplazó a negociar en el Pacto de Toledo. "Pero el debate está calando", se revolvió un barón autonómico. "Hay algunos votantes que no entienden por qué hablamos de recuperación y luego las pensiones suben únicamente un 0,25%", expuso. "Hay que hacer pedagogía, explicar bien las cosas y tomar decisiones", corearon varios cargos consultados por este diario.
Para rematar, está la situación en Cataluña, que continúa enquistada, y los casos de corrupción, con antiguos destacados del PP, como Francisco Granados, Ignacio González o Francisco Camps, desfilando día sí y día también por los tribunales. Además, la oposición airea la posible imputación de Cristina Cifuentes, referente del partido en la lucha contra la corrupción. "Así es imposible", se desahogaba recientemente un vicesecretario general.
"Tenemos que tomar medidas y lograr que se conviertan en noticia", admitieron en Génova. La impresión general es que se consiguió con la prisión permanente revisable, pero no cuando Educación sugirió que garantizará la libertad en las escuelas catalanas. "Hay que hacer las cosas bien", pidió Xavier García Albiol a Méndez de Vigo en un encuentro en el Senado, con el Gobierno incapaz de aclarar su plan en dicho sentido. "Si hay que adoptar algún tipo de medida, tiene que ser efectiva y seria", defendió el líder del PPC, temeroso de una nueva decepción de sus votantes que sea aprovechada por Ciudadanos.
Ante este oscuro escenario, el mensaje del entorno de Rajoy siempre es el mismo: "Tranquilidad". La semana que viene elegirá al sustituto de Luis de Guindos al frente de Economía y no tocará a más ministros, ya que lo están haciendo "bien". Este jueves iba a hacerse la foto en Logroño con agentes de la Guardia Civil, tras el principio de acuerdo para la equiparación salarial de los cuerpos, pero el acto se tuvo que suspender por el temporal. El viernes, viajará a Tenerife para inaugurar el puerto de Granadilla y participar después en la escuela de invierno del PP. "El presidente está trabajando" mientras otros "se dedican a la demagogia", remataron fuentes del Gobierno.