Dentro y fuera del hemiciclo, el PP y Ciudadanos volvieron a escenificar su enorme distanciamiento a pesar de su acuerdo de investidura. En la sesión de control al Gobierno, Juan Carlos Girauta echó en cara a Soraya Sáenz de Santamaría su "estrecha relación" con el PNV en un momento en el que reclama "el derecho a decidir" y una "relación confederal" del País Vasco con el Estado. La vicepresidenta, entre aplausos de los suyos, le recordó que el PP lleva "muchísimos años" rechazando "el derecho de autodeterminación". "Albert Rivera parece el líder de la oposición", se quejó poco después Fernando Martínez-Maillo, el número tres del PP.
"El PNV prepara un plan Ibarretxe II", alertó el portavoz parlamentario de Ciudadanos, que a renglón seguido se centró en pregonar las buenas relaciones del Ejecutivo con los nacionalistas vascos, de la que "se benefician" los segundos. "Le pido que no sea nostálgica", trasladó a Santamaría, preguntándole si se va a oponer a los planes de sus socios presupuestarios. La número dos del Gobierno destacó que Alfonso Alonso, el líder de los populares vascos, ya ha mostrado su rechazo, percha que aprovechó para dejar constancia de que el partido naranja no tiene representación en la Cámara de Vitoria. "Pero supongo que le apoyarán", apostilló.
Girauta recogió el guante enfatizando que la sede de la soberanía nacional es el Congreso. Y aprovechó para volver a criticar la aprobación del cupo vasco. Habló de "pasteleo" y aseguró que ahora el PNV no quiere aprobar los Presupuestos porque sigue en vigor el artículo 155 de la Constitución. "Antes de que ustedes existieran, muchos diputados hemos hecho una defensa férrea de la soberanía nacional", se revolvió entonces Santamaría, que intentó desgastar a Ciudadanos por su posición sobre la prisión permanente revisable.
Dicho esto, Mariano Rajoy evitó el choque con el PNV en su rifirrafe con Aitor Esteban.El portavoz nacionalista le preguntó por las declaraciones de Manuel Sánchez Corbí, jefe operativo de la UCO, en las que situaba a su formación "en el bando de los malos" en la lucha contra ETA junto a "etarras, batasunos y la Iglesia vasca". El jefe del Ejecutivo replicó que hubo una rectificación y que lo mejor es pasar página. "Vayamos a la mayor", destacó.
Los golpes entre Ciudadanos y el PP continuaron en los pasillos de la Cámara. El coordinador general se apresuró en denunciar el revolcón del Tribunal de Cuentas al partido naranja. "Ha equiparado sus cuentas con Izquierda Unida y Bildu, que han sido declaradas ilegales", apostilló, y se quejó de las críticas de Rivera. José Manuel Villegas, por su parte, admitía "algunas salvedades" en la financiación de su partido. El secretario general naranja añadió: "El que tiene problemas en los juzgados por casos de corrupción es el PP, que haría bien en afrontarlos con valentía".