De auténtica campanada cabe calificar la decisión de Fernando López Miras, presidente de la comunidad y del Partido Popular en la región de Murcia, de ceder a los militantes del partido la decisión sobre quién debe liderar en adelante al PP regional.
López Miras anunció en la reunión de la Junta Directiva del PP murciano la convocatoria de un congreso extraordinario calificado literalmente de "rupturista", que servirá para redefinir ideológicamente al partido a través del debate de ideas. Los asistentes al congreso, abierto a toda la militancia, decidirán también con su voto quién preside el partido y, por tanto, encabezará con toda probabilidad la lista electoral en las autonómicas de 2019, a falta únicamente del marchamo de Génova.
La decisión del presidente murciano se produce en un contexto harto problemático para su partido. Por un lado, es indudable que López Miras quiere obtener la legitimidad que muchas voces, también dentro del PP, le niegan por ser un presidente designado por su antecesor en el cargo, Pedro Antonio Sánchez, hoy fuera de la política por su imputación en varios casos de corrupción. Tanto él mismo como el portavoz del partido han hecho hincapié en el carácter "rupturista" de este congreso, que pretende despejar todas las dudas sobre la independencia del nuevo equipo rector, al que muchos acusan de estar sometido al dictado del ex presidente Sánchez.
Por otra parte, las elecciones autonómicas del año próximo van a ser las más reñidas de la historia de la comunidad de Murcia. A esta cita electoral concurrirá un nuevo partido, liderado por el expresidente murciano Alberto Garre, que amenaza con captar una parte importante del voto desencantado con el Partido Popular. Además, serán las primeras elecciones celebradas con circunscripción única, lo que dificultará la obtención de mayorías absolutas por parte de los partidos con mayor implantación.
El congreso extraordinario está fijado para el próximo 18 de marzo y contará con la presencia de Mariano Rajoy en su clausura. Será la primera vez que en el PP se lleven a cabo unas elecciones primarias, en las que serán exclusivamente los afiliados los que decidirán con su voto el presidente del partido en la región de Murcia. La dirección nacional del PP instauró un sistema de doble vuelta en el que los compromisarios todavía siguen teniendo protagonismo. Un sistema que se usó en el resto de comunidades autónomas.