El prusés y sus principales impulsores ya no provocan ira. Ni siquiera incredulidad o vergüenza ajena, sino simplemente un aburrimiento mortal. Programar una entrevista con cualquiera de ellos un domingo por la noche es tirar el share directamente a la basura, pero La Sexta tiene en cuenta otras consideraciones que, seguramente, compensan sobradamente esos descalabros puntuales en el área comercial.
Artur Mas era un personaje soporífero ya antes de montar el carajal independentista; con el intento de golpe se ha vuelto sencillamente inaguantable. En términos televisivos es el argumento definitivo para cambiar de canal, haciendo mucha fuerza con el dedo en el botón del mando a distancia para que los infrarrojos vayan a mayor velocidad.
Es el Cansino por antonomasia, el reflejo en la vida real de aquel personaje humorístico creado por José Mota, que recorría la Historia de España atizando a sus principales protagonistas una tabarra mortal. Artur Mas ha abandonado toda esperanza de que le tomen en serio y ya solo habla para la Tractoruña profunda y alucinada que vota independentista. ¿Cómo si no puede admitirse que una persona adulta, con una larga trayectoria al frente de las más altas magistraturas en su comunidad autónoma, diga en público que los bancos y las otras 3.000 empresas que han abandonado Cataluña se han ido por no haber alcanzado la independencia?
El expresidente catalán invitaba a ensañarse con él, pero Ana Pastor lo trató con guante de seda para lo que ella es capaz cuando sospecha que le están tomando el pelo. Quizás ella era también presa del sopor que provoca este cansino y solo pensaba en acabar la entrevista cuanto antes, pero lo cierto es que tuvo varias ocasiones de destrozar al invitado y todas las dejó escapar.
Y mientras tanto, Mas contaba su versión disparatada de la realidad en esa Matrix nacionalista de la que ya es incapaz de salir. La enajenación mental del personaje es tan severa que no descarta incluso volver a la política, quizás a recoger los escombros que queden de su partido tras la sentencia del caso Palau. Hoy lunes conoceremos el veredicto de la Justicia sobre el saqueo de la Generalidad perpetrado por sus amigos, que vaciaban metódicamente el bolsillo de los catalanes mientras aseguraban a sus votantes que era España la que les robaba a manos llenas. Todos ellos son descendientes de las cien familias que mandan desde hace tres siglos en el principado, los únicos que todavía pueden fingir que el Cansino de Tractoruña ha sido un hombre providencial.