Mariano Rajoy se revolvió contra el boicot a los productos catalanes. Lo hizo en las bodegas Freixenet después de impulsar una iniciativa en este sentido en el Congreso de los Diputados. "Pido que no se castigue a nadie y que no se boicotee a nadie por ser catalán. El empresario es alguien que genera riqueza", defendió en compañía de José Luis Bonet, máximo responsable de la empresa. Además, se comprometió a trabajar "hasta el final" para que las empresas que se han marchado vuelvan a Cataluña.
Fue una jornada de campaña intensa. Tras participar en la última sesión de control al Gobierno del año, el presidente se trasladó por sorpresa a Badalona para dar un paseo electoral. Los periodistas fueron informados con muy poca antelación para evitar la movilización de los independentistas. Rajoy recorrió junto a Xavier García Albiol, en su día alcalde del municipio, el mercadillo y fueron ovacionados por los vecinos. "Viva Mariano y viva España", le gritaron en más de una ocasión. "Baño de masas", según un miembro del equipo del PP.
Ya en la nueva sede de la formación, y por segunda vez esta semana, Rajoy no descartó la aplicación del artículo 155 en caso de que el nuevo Gobierno catalán no acate las reglas de juego. El Gobierno "va a seguir ahí" el día 22 para "garantizar" el cumplimiento de la ley, avisó a navegantes. Y denunció: "El proceso independentista ha sido la historia de un enorme engaño que ahora ha quedado acreditado".
El líder popular volverá a Cataluña el domingo, cuando participe en un acto en Tarragona junto a todos los barones autonómicos del PP, y ya se quedará hasta el cierre de la campaña, el próximo martes.