Mariano Rajoy regresó este domingo a Cataluña por primera vez desde el referéndum ilegal del 1 de octubre. Arropó a su candidato, Xavier García Albiol, de cara a unas elecciones en las que, en el mejor de los casos, sus encuestas internas no dan al PPC más de 13-14 escaños en el Parlamento autonómico. "Podemos conseguirlo si la mayoría silenciosa y silenciada convierte su voz en voto", proclamó el presidente, que fue ovacionado por más de un millar de simpatizantes. "Nadie os echará ni de España ni de Europa", sentenció entre aplausos.
Tras el 21 de diciembre, si dan los números, el PP intentará un acuerdo con Ciudadanos y el PSC para sacar a los independentistas del Gobierno catalán y "abrir ventanas y regenerarlo absolutamente todo". Y, en este sentido, Albiol mostró su preocupación ante "las debilidades" de Miquel Iceta: "Cuando escucho que quieren buscar un pacto con los progresistas, me suena a tripartito, a pacto con Podemos y con ERC, y eso sería una traición a miles de catalanes y de españoles", advirtió. También pidió a Inés Arrimadas que "evite pensar constantemente en el regate corto".
El acto de presentación de candidatos del PPC, en el que también intervino una vehemente María Dolores de Cospedal, se celebró en una sala interior de un hotel muy próximo a la estación de Sants en Barcelona. No hubo altercados pero sí fuertes medidas de seguridad. Se acreditaron 40 medios nacionales y 22 internacionales para poder cubrirlo. En el interior, unas 1.300 personas abarrotaron el recinto y decenas se quedaron sin silla. "Gracias por aplicar el 155 en Cataluña", recibió Albiol a Rajoy, lo que provocó vítores y gritos a favor de la unidad del país.
Rajoy reivindica su actuación en Cataluña
En su esperado discurso, Rajoy reivindicó su manejo de los tiempos y defendió la activación del 155 "después de haber agotado todas las vías" posibles para esquivarlo. "Hemos hecho lo mismo que haría cualquier país de nuestro entorno. ¿Qué harían Francia o Alemania si una de sus regiones convocase un referéndum ilegal?", razonó. "Era urgente e inaplazable devolver la legalidad democrática. Por eso lo hicimos", sacó pecho. "Hasta los independentistas están bajo el imperio de la ley". "El 21 de diciembre habrá elecciones autonómicas, dentro de la Constitución y el Estatuto, y las he convocado yo, que soy el presidente del Gobierno", remató.
El jefe del Ejecutivo, que evitó en todo momento las críticas a PSC y Ciudadanos, definió el 21-D como una oportunidad única para recuperar "la normalidad", antesala para que la economía vuelva a funcionar a pleno rendimiento en la comunidad. "El objetivo básico del 155 es devolver la tranquilidad a la vida cotidiana, darle normalidad a las cosas y no cansar más a la gente", subrayó. Que cesen "las discusiones entre vecinos".
En este sentido, aseguró que, si aquellos que se manifestaron en Barcelona y otras ciudades de Cataluña en defensa de la legalidad y la unidad nacional acuden a las urnas, los constitucionalistas tendrán una oportunidad. "Es necesario que esa voz serena acuda a la cita electoral", reclamó Rajoy. "Hay que recuperar a Cataluña de los estragos separatistas", dijo, para a renglón seguido abrir el capítulo económico y poner de relieve la fuga de empresas y entidades financieras.
"Quiero pedir a las empresas que no se vayan de Cataluña y quiero pedir a los españoles que no dejen de consumir productos catalanes nunca", afirmó, no sin precisar que el Gobierno seguirá trabajando para que proyectos como la agencia europea del medicamento tengan su base en la región. "La normalidad permitirá la vuelta de la recuperación", insistió sobre el que será uno de sus mensajes estrella de aquí al 21 de diciembre.
En su vuelta a Cataluña, Rajoy quiso también despejar dudas anunciando su implicación en la campaña electoral. "Te acompañaré y estaré a tu lado siempre que quieras", trasladó a Albiol, al que elogió durante varios minutos después del ruido interno de hace semanas sobre su continuidad. En el PP esperan que, al menos, el presidente viste todas las provincias catalanas. "Queremos vivir juntos en una Cataluña tranquila y próspera", zanjó el presidente.