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El Gobierno endurece el tono pero en privado no descarta la vía electoral para esquivar el 155

Rajoy recibe en Bruselas el respaldo de Merkel y Macron. Arriola y Serrano, negociadores en la sombra para lograr el pacto entre Gobierno y PSOE.

El Ejecutivo endureció el tono públicamente pero se cuidó de descartar por completo la vía de unas elecciones en Cataluña que permitan esquivar la aplicación del artículo 155. La respuesta de Carles Puigdemont al requerimiento del Gobierno llegó a Moncloa unos minutos antes de que expirara el segundo y último de los plazos y el presidente la entendió como una auténtica "amenaza" ante la que había que contestar con rapidez y sin titubeos. "El Gobierno continuará con los trámites previstos en el 155", se informó poco después a través de un contundente comunicado.

"La Generalitat busca, deliberada y sistemáticamente, el enfrentamiento institucional a pesar del grave daño que se está causando a la convivencia y a la estructura económica de Cataluña", denunció el Ejecutivo en su escrito, que leyó después Íñigo Méndez de Vigo en una declaración institucional en el Congreso. En otras palabras, "un chantaje inaceptable" amén de no responder al requerimiento. Y, por ello, el sábado se celebrará un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar "las medidas que el Ejecutivo elevará al Senado a fin de proteger el interés general de los españoles, entre ellos los ciudadanos de Cataluña, y restaurar el orden constitucional", según el portavoz del Gobierno.

Para concretar esas medidas, Soraya Sáenz de Santamaría y Carmen Calvo se reunieron en Moncloa a primera hora de la mañana junto a sus respectivos equipos. No fue invitado ningún representante de Ciudadanos. En las negociaciones, está siendo muy destacado el papel de los históricos Pedro Arriola, influyente asesor de Mariano Rajoy, y José Enrique Serrano, exjefe de gabinete tanto de Felipe González como de José Luis Rodríguez Zapatero. José Luis Ayllón, muy próximo a la vicepresidenta, y la socialista Meritxell Batet también están participando en los contactos bilaterales.

Según la dirección del PP, el Consejo de Ministros no se celebró este mismo jueves porque Ferraz reclamó "más tiempo". Rajoy y Pedro Sánchez volvieron a hablar por teléfono. "El partido importante es el PSOE", simplificaron las fuentes consultadas, aunque recordaron que el presidente se comprometió ante Albert Rivera a mantenerle informado sobre "la concreción técnica" del plan de acción.

No hubo anuncio oficial sobre qué decisiones tomará el Gobierno el sábado. Será un 155 de mínimos, según el PSOE, aunque podría suponer el relevo de varios miembros del Gobierno autonómico. Para un sector del gabinete es prioritario hacerse con el control de la estructura económica y de los Mossos. Si bien, podrían aprobarse medidas "genéricas" a detallar más adelante. En otras palabras, "no se dará el nombre del sustituto" de Josep Lluís Trapero. El objetivo final: convocar elecciones en un plazo no mayor a seis meses.

El pleno del Senado, el 30 o 31

Así las cosas, el vértigo ante las consecuencias de aplicar el 155 sigue siendo enorme. De hecho, en Moncloa se negaron a desechar la posibilidad de que, antes de que el Senado apruebe las medidas, Puigdemont acabe acudiendo a las urnas, lo que a juicio de Rajoy supondría una vuelta a la legalidad. "Si convoca unas elecciones en el marco de la LOREG, estaría dentro de la ley", resumieron el miércoles fuentes del Ejecutivo. El contexto "se complicaría" en caso de que antes declarara la independencia, según admitieron cargos próximos a Rajoy. Si bien, se quisieron quedar con la idea de que tiene "hasta un minuto antes" del pleno del Senado para convocar elecciones.

En este sentido, la Mesa del Senado se reunirá el mismo sábado para fijar el calendario de tramitación de las medidas que ese mismo día aprobará el Consejo. Según la agencia EFE, el pleno se podría convocar el lunes 30 o el martes 31 de octubre. Esto es, más de una semana más de margen para Puigdemont. "Los fuegos artificiales no han hecho más que empezar", en palabras de un interlocutor del presidente. "Hoy toca ser duros pero todavía hay margen", remataron las fuentes consultadas.

El apoyo de la UE

El presidente, mientras tanto, optó por guardar silencio. Una vez tomó la decisión de no convocar a sus ministros, se trasladó a Bruselas sin comparecer ante los medios de comunicación. Y, una vez allí, recibió el respaldo de sus aliados más importantes como Angela Merkel y Emmanuel Macron. "Apoyamos la posición del Gobierno español", subrayó la canciller alemana. "La UE mandará un mensaje de unidad en torno a España", resumió el líder francés. Rajoy ofrecerá este viernes una rueda de prensa en la capital comunitaria al término del Consejo Europeo.

Mientras, el PP arropó una vez más a su líder y se apoyó en el mensaje de firmeza lanzado públicamente por el Ejecutivo. "El Estado de derecho, las instituciones del Estado de derecho y el Gobierno no admiten ni ambigüedades, ni amenazas, ni mucho menos chantajes", destacó Fernando Martínez-Maillo, número tres de Génova. , "Puigdemont es un líder zombi que ha volado todos los puentes", denunció Rafael Hernando, el portavoz en el Congreso.

Si bien, algunos líderes territoriales empezaron a impacientarse y alertaron del tirón de Ciudadanos. "Damos un ultimátum y al día siguiente volvemos a dar más tiempo a Puigdemont", lamentó un responsable autonómico, en conversación informal con este diario. "El secesionismo catalán ha interpretado los silencios como síntomas de debilidad", según José María Aznar. Algunos en Génova no entendieron el retraso del Consejo de Ministros. Ante el runrún interno, Maillo solicitó "un margen de confianza y comprensión" ante "la magnitud del desafío, desconocido hasta ahora en España".

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