Rajoy no hace autocrítica, niega el referéndum y ofrece diálogo
El presidente comparecerá en el Congreso y convoca a los partidos para buscar una solución a la crisis. Elogia el papel de Policía y Guardia Civil.
"No ha habido un referéndum de autodeterminación". Para Mariano Rajoy lo vivido este domingo en Cataluña, de principio a fin, fue una auténtica pantomima. Un "bochorno democrático", según su equipo. "He asumido mi responsabilidad", sacó pecho el presidente, en una breve declaración institucional en Moncloa a última hora de la tarde. Elogió el papel de la Policía y la Guardia Civil y evitó censurar la actitud de los Mossos a pesar del enorme enfado del Ejecutivo con el cuerpo autonómico. Los únicos responsables del cisma, a su juicio, son Carles Puigdemont y sus socios independentistas. "No busquen más culpables, no los hay".
El jefe del Ejecutivo siguió la evolución de los acontecimientos en su despacho, junto a su núcleo duro. Ya a primera hora de la mañana, con los colegios electorales abiertos, un portavoz autorizado se apresuró a enfatizar que lo que se estaba viviendo "no" era un referéndum. Cuando los Mossos se hicieron a un lado y empezaron a llegar las primeras imágenes de enfrentamientos con policías y guardias civiles, se defendió su actuación "proporcional". Entonces, saltaron las alarmas ante las críticas del PSC y Rajoy habló con Pedro Sánchez para intentar que la unidad no saltara por los aires. Después, conversó con Albert Rivera.
Soraya Sáenz de Santamaría compareció pasadas las dos de la tarde. El mensaje principal volvió a ser que "no" se estaba llevando a cabo un referéndum "ni apariencia de tal". "Ha quedado demostrado que el estado de derecho funciona", proclamó la vicepresidenta, y pidió al PSOE que huyera de los "cálculos electorales". Durante la tarde, portavoces autorizados se encargaron de poner de relieve "la chapuza" de la consulta. Se filtró el "manual de instrucciones" del referéndum para demostrar que el Gobierno catalán, cambiando las normas de votación a 45 minutos de que comenzaran, actuaba de forma improvisada y sin garantías de ningún tipo. "Hay gente que está votando una y otra vez", se denunció.
A diferencia del 9-N, este domingo el Gobierno no desapareció. Además de la vicepresidenta, Enric Millo atendió a los medios en Barcelona y Juan Ignacio Zoido concedió varias entrevistas a medios de comunicación. Y, a media tarde, ya estaba preparado el atril desde el que iba a comparecer Rajoy pocos minutos después de las 8 y cuarto de la tarde. "Quiero decirles con toda rotundidad lo que todos hemos constatado: no ha habido un referéndum", sentenció, en línea con lo que el Gobierno no paró de repetir durante toda la jornada. No aceptó preguntas de los periodistas.
La comparecencia del presidente duró 13 minutos. "El estado de derecho mantiene su fortaleza y vigencia", dijo. No hizo ningún tipo de autocrítica. "Quiero significar ante toda España que la gran mayoría de los catalanes no ha querido participar del guión de los secesionistas. Es algo indiscutible. La mayoría son gente de ley y ha ignorado la convocatoria", subrayó, para acusar directamente a Puigdemont y a sus socios de ser los únicos responsables de esta situación imposible. No anunció ninguna suerte de medidas contra ellos y los consideró derrotados.
"Hemos hecho lo que teníamos que hacer, somos el Gobierno de España", se reivindicó, y puso en valor "los recursos" del Estado para hacer frente a "ataques tan serios" como el de este domingo.
Una parte muy importante de su intervención fue para referirse a los días venideros. "No voy a cerrar ninguna puerta", prometió, aunque el diálogo siempre será "dentro del marco de la ley y de la democracia". Insistió en que él quiso negociar pero fue Puigdemont el que se negó. "Esperemos que no se empecinen en el error. No conduce a ninguna parte", destacó. No mentó la posibilidad de una declaración unilateral de independencia pero en Moncloa dieron por seguro que podría producirse. "Actuaremos en consecuencia", según las fuentes consultadas.
Sea como fuere, el presidente aseguró que trabajará para el "restablecimiento de la normalidad institucional". Y, en este sentido, convocará a las fuerzas políticas con representación parlamentaria "para reflexionar juntos". El formato todavía es una incógnita: podría ser una cumbre conjunta o reuniones por separado con los líderes políticos. Dio expresamente las gracias a PSOE y Ciudadanos y afirmó que seguirá trabajando para no perder ese consenso que considera importantísimo.
Además, el presidente anunció que comparecerá en el Congreso para explicar la posición del Gobierno ante el golpe del 1 de octubre. En el Ejecutivo dan por descontado que recibirá críticas por la actuación policial que, en palabras de Rajoy, fue la correcta y por orden judicial. "Han cumplido con su obligación y el mandato que tenían de la Justicia. Habría sido más fácil mirar para otro lado mientras se perpetraba un ataque tan grave a la legalidad pero no lo han hecho. Han respondido con lealtad", defendió a policías y guardias civiles.
Cuando el presidente terminó su declaración todavía no había comenzado el partido que enfrentaba al Real Madrid con el Español. "Mañana será otro día", zanjaron los asesores del presidente.
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