El golpe de Estado nacional-catalanista podrá perder esta batalla, pero si el Gobierno sigue dejando TV3 en manos de los golpistas, tarde o temprano perderá la guerra.
Creer que la promesa de más privilegios puede tener algún recorrido es como creer que se puede curar a un alcohólico garantizándole el suministro diario de alcohol. Por supuesto que no. Así, lo único seguro es que todo irá a peor.