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Rajoy, en Barcelona: "Nos van a obligar a lo que no queremos llegar"

“Nadie debe arrugarse en los próximos días”, transmite a los miembros del PP catalán. Ensalza la labor de la Guardia Civil contra el 1-O.

“Nadie debe arrugarse en los próximos días”, transmite a los miembros del PP catalán. Ensalza la labor de la Guardia Civil contra el 1-O.
Rajoy, en un momento de su discurso en Barcelona. | TarekPP

Mariano Rajoy se trasladó a Barcelona para prometer que no le temblará el pulso en la defensa de la unidad nacional. El presidente fue categórico, aunque se resista a mentar el artículo 155 de la Constitución o la ley de seguridad nacional. A su juicio, la actuación del Estado esta semana demuestra que va en serio en su intención de impedir el referéndum. "No subestimen la fuerza de la democracia", avisó a Carles Puigdemont y a sus aliados. No se quedó ahí en su advertencia: "Están cometiendo un error y nos van a obligar a lo que no queremos llegar".

"Con serenidad y firmeza, no habrá referéndum el 1 de octubre", proclamó una vez más, y los suyos le aplaudieron. El PP catalán estaba deseando que Rajoy se trasladara a Cataluña. Primero, se convocó una escuela de verano en Salou, pero fue cancelada principalmente por motivos de seguridad. Finalmente, se organizó este viernes por la tarde una Junta Directiva, a la que acudieron cientos cargos del partido. Según la organización, alrededor de 600. Cuando el presidente citó a la Guardia Civil y alabó su gestión para frenar el golpe, la ovación fue enorme. "Necesitábamos que viniera", en palabras de un dirigente medio.

El jefe del Ejecutivo no acudió solo. Junto a él se trasladaron María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. La primera más firme y la segunda más templada, a ojos de un sector del propio PP. Al acto también asistió Dolors Monserrat, ministra de Sanidad y miembro de la dirección de la estructura regional. "Gracias por vuestra lealtad y por no arrugaros. Nadie debe arrugarse en los próximos días", trasladó Rajoy a los asistentes a la reunión.

En su intervención, el presidente sacó pecho de la maquinaria del Estado contra el golpe. Citó al Tribunal Constitucional, a la Fiscalía y se felicitó porque la Benemérita haya incautado 100.000 carteles de propaganda de la generalidad. "El Estado de derecho funciona aunque algunos no se hayan dado cuenta", destacó. "¿Qué va a pasar? El Estado va a seguir actuando", afirmó, y pasó a detallar las últimas decisiones adoptadas por el Consejo de Ministros.

"Si en 48 horas no hay un compromiso de cumplimiento de la ley, a partir de ahora los pagos de la Generalitat los hará el Gobierno de España", explicó, en línea con lo ya anunciado por Cristóbal Montoro. "Que a nadie le quepa duda que las medidas van a continuar", insistieron fuentes del Ejecutivo, especialmente contra "los responsables políticos". "Quien se enfrenta al Estado de derecho, a la ley y a la democracia no gana nunca", aseveró Cospedal, que tomó la palabra antes que Rajoy en calidad de secretaria general.

"Concepto muy curioso del diálogo"

En Moncloa, preguntado expresamente por el artículo 155, Íñigo Méndez de Vigo aseguró que el Gobierno no descarta ninguna herramienta que le otorga la Constitución. Esta misma semana, fuentes del Ejecutivo explicaron que bastan 5 días para aplicarlo desde un punto de vista "técnico". Además, el portavoz denostó la oferta de diálogo de Puigdemont, trasladada por carta al Rey. "Realmente es un sarcasmo venir a contar que quienes se han negado al diálogo ahora vengan a decir que quieren diálogo", según sus palabras.

En este sentido, Rajoy afirmó que el líder catalán tiene "un concepto muy curioso del diálogo". "La alternativa que se me daba era convocar el referéndum o convocar el referéndum", recordó, a pesar de que el Gobierno se mostró proclive a negociar sobre infraestructuras o competencias. "Les dije que no podía pero decidieron seguir en su huida hacia ninguna parte", lamentó, y calificó de "muy peligrosa" la estrategia de la Generalidad.

Ahora, el Ejecutivo espera que la situación se vuelva cada vez más delicada hasta el punto de que Puigdemont "intente arrastrar a la sociedad a un conflicto social". Y de ahí que el propio Rajoy diera especial importancia a la unidad de las formaciones constitucionalistas. Este mismo viernes, volvió a despachar telefónicamente con Pedro Sánchez y Albert Rivera para informarles de las medidas adoptadas por el Consejo y analizar otras nuevas ante la constatación de que Puigdemont no va a frenar de aquí al 1 de octubre.

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