No habrá cambios en las vacaciones estivales del Ejecutivo. Si bien, en Moncloa reconocen que estarán en alerta ante los pasos que pueda dar Carles Puigdemont y, en caso necesario, se daría la orden de regresar a Madrid. Además, se mantendrán los canales de comunicación con el PSOE y Ciudadanos en caso de tener que tomar alguna medida extraordinaria. Unos contactos que, en el día a día, está llevando a cabo Soraya Sáenz de Santamaría con Patxi López y Miquel Iceta del lado socialista y José Manuel Villegas e Inés Arrimadas del partido morado.
Hecho su balance, en el que volvió a prometer que no habrá referéndum el 1 de octubre, el presidente se despidió con la intención de pasar unos días de descanso en Galicia con su familia. En su agenda, en principio, pocos actos previstos. El 7 de agosto, un día antes de que se pudieran convocar las elecciones catalanas para hacerlas coincidir con la consulta, se desplazará previsiblemente a Palma de Mallorca para mantener el tradicional despacho con el Rey en Marivent.
Además, según anunció, el lunes 28 estará en Francia para mantener una reunión con Emmanuel Macron, Angela Merkel y Paolo Gentiloni. De nuevo, los cuatro grandes de la UE reunidos para analizar los retos de la unión. Y puede que el fin de semana previo dé el pistoletazo al curso político con un mitin en su tierra, como también es lo habitual.
Aunque, más allá de lo previsto en la agenda, Moncloa insiste en que el presidente estará con un ojo puesto en Cataluña y, como ya ha hecho cuando así se ha requerido, interrumpiría su descanso si fuera necesario. Los ministros, que tomaron un ágape con Rajoy tras el último Consejo de Ministros, también tienen autorizadas sus vacaciones a la espera de acontecimientos.
Por su parte, el PP no tiene previsto ningún operativo distinto al de otros veranos. Los portavoces se han repartido las semanas de agosto para que siempre haya alguno de guardia y pueda atender a los medios de comunicación.