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Impacto en el PP por el fallecimiento de Blesa: Aznar y Rajoy guardan silencio

El expresidente de Caja Madrid llevaba mucho tiempo solo en términos políticos. Algunos dirigentes del PP lamentan el “escarnio público” que sufrió.

Blesa durante un interrogatorio judicial | EFE

El Partido Popular quedó aturdido ante el fallecimiento de Miguel Blesa. Públicamente, reinó el silencio. No se quiso pronunciar José María Aznar, su gran aliado durante años, ni tampoco Mariano Rajoy, que miró para otro lado mientras caía en el ostracismo por sus enredos judiciales. A Cristina Cifuentes la noticia le pilló en un acto público: "Es una muerte que se produce en unas circunstancias determinadas y yo, lógicamente, lo único que puedo hacer es lamentarlo y transmitir el pésame a la familia", fue lo único que dijo. Cristóbal Montoro no añadió mucho más en otra comparecencia de prensa.

A puerta cerrada, más de un alto cargo de la formación se quedó sin habla al conocer el suceso. La conmoción fue palpable entre varios históricos, algunos de los cuales trataron mucho con Blesa en su día. Fue un personaje importante en el mundo del PP, libró algunas batallas clave, pero las tarjetas black y las preferentes acabaron con su trayectoria y muchos amigos políticos y empresarios se fueron apartando. Dejaron de cogerle el teléfono.

Sobre el estado anímico de Blesa, las fuentes consultadas por este diario difieren. Hay quienes aseguran que era una persona fuerte que, pese a sus frentes judiciales, no estaba especialmente bajo de moral. Y quienes, en cambio, deslizan que el giro en su vida le había provocado "un tormento" importante. "Estaba viviendo un infierno, si salía a la calle era casi apedreado, era insultado", según el relato de un dirigente del PP. A lo que sumar el citado abandono de cargos del PP y empresarios.

La cautela, en todo caso, se impuso sobre las causas del fallecimiento. Más aún, ante el baile de declaraciones de personas de su entorno sobre cómo encaraba los procesos judiciales pendientes. Si bien, fuera o no un suicidio, varios los dirigentes del PP y de la Fundación FAES, que dirige Aznar, apuntaron a la necesidad de abrir un debate sobre la "enorme presión" a la que se somete a las personalidades públicas vinculadas presuntamente con la corrupción.

"Los procedimientos judiciales son muy largos, las filtraciones interesadas y la presión mediática enorme", resumió un importante dirigente del PP. "No podemos seguir así, la presunción de inocencia ya no existe", se quejó otro. La estupefacción fue la tónica imperante entre los cargos populares que, siempre en privado, dieron su opinión. Públicamente, la dirección nacional del PP tampoco quiso hacer ningún comentario.

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