"El Gobierno de España estará en su sitio, no les quede la más mínima duda". Con independencia de quien esté realmente al mando del proceso rupturista y del cambio de consejeros, Mariano Rajoy prometió una vez más que salvaguardará la unidad nacional y la igualdad de todos los españoles. "Hemos asistido a una muestra más de la deriva autoritaria que rompe cada día las leyes y las normas que nos hemos dado entre todos", afirmó el presidente, en una alusión directa a la crisis de gobierno de Carles Puigdemont.
El presidente aprovechó un acto en Moncloa sobre el plan extraordinario de inversiones en carreteras para lanzar un mensaje muy claro sobre los últimos acontecimientos políticos en Cataluña. "Después de haber presionado a los medios de comunicación, a la oposición, a los Mossos, a los funcionarios y a los alcaldes, ahora presionan a su propio partido. Si presionan así a su propio partido, qué no harán con los demás", razonó Rajoy, que censuró a un Gobierno, el de Puigdemont, "ensimismado en sus propias rencillas".
En Moncloa siguieron con enorme atención todo lo sucedido en Cataluña y, confirmada la purga, Rajoy tomó la decisión de dar su opinión antes incluso de que su portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, diera la habitual rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Cabe recordar que Pedro Sánchez también tenía prevista una comparecencia en Barcelona, y se decidió dar una réplica de primer nivel. "Están a la deriva, enloquecidos, pero nosotros sin perder la calma, haremos lo que tengamos que hacer", subrayaron fuentes del Ejecutivo. "Serenidad y firmeza", se afirmó oficialmente. Por supuesto, no se mentó en ningún momento las herramientas a usar, más allá de las referencias habituales al Tribunal Constitucional.
Rajoy fue rotundo en su breve referencia sobre Puigdemont y Oriol Junqueras, a los que no citó expresamente: "Lo que está sucediendo muestra a un Gobierno que quiebra el interés general y que va en contra de los catalanes y de Cataluña", expuso. "Hoy se purga a los dudosos triunfando el radicalismo, ¿qué diálogo quieren con esa forma de comportarse", añadió, dando prácticamente por dinamitados todos los canales de diálogo -cosa que no había hecho antes- entre el Gobierno central y el autonómico. Esto es, en la práctica, dio por finiquitada la operación dialogo que abanderó Soraya Sáenz de Santamaría.
Minutos después, en rueda de prensa, Méndez de Vigo aclaró que Rajoy "sigue dispuesto a hablar", pero precisó que quien construye un muro infranqueable es Puigdemont. "La voluntad de diálogo del Gobierno sigue abierta pero los secesionistas no quieren dialogar, quieren celebrar sí o sí el referéndum", afirmó. No descartó una reunión entre ambos, aunque en Moncloa la ven muy improbable a corto plazo.
"Pese a las cosas que vemos, el Gobierno sigue dispuesto a hablar, pero dentro de la ley, nadie le puede pedir nada que sea ilegal. tiene voluntad de dialogo, ha dialogado siempre, sobre muchísimos temas, pero aquí se encuentra con una cerrazón del presidente Puigdemont", destacó una vez más el portavoz. Y, ante la enésima oferta de negociación de Sánchezpara reformar la Constitución, consideró que el líder catalán ha contestado "haciendo una crisis de sustitución" de varios de los miembros del gabinete autonómico "por otros mucho más radicalizados".
Ahora, concluyó Méndez de Vigo, "hay que hacer acopio de unidad" para defender el estado de derecho. Y, tras recordar que los actos preparativos de la consulta son igualmente "ilegales", repitió en varias ocasiones que "el referéndum no se va a celebrar".