Algunos miembros del Gobierno regional catalán han entrado en pánico al constatar que en el golpe de Estado separatista no sólo arriesgan penas de inhabilitación sino su propio patrimonio.
Una vez más, el Fisco se ha servido de sus muy sensibles prerrogativas para escenificar una maniobra espectacular que tiene por objeto instilar el miedo en los contribuyentes.