Mariano Rajoy reiteró una vez más que hará todo lo que esté en su mano para impedir el referéndum ilegal, pero no quiso entrar en detalles. "No descarto ni dejo de descartar. Soy el presidente y no debo adelantar acontecimientos ni entrar en hipótesis", contestó, en relación al artículo 155 de la Constitución, que no citó expresamente. Una respuesta al pulso separatista que, confirmó, intentará que sea respaldada por todas las fuerzas constitucionalistas.
En Hamburgo, al término del G-20, un periodista le leyó las últimas declaraciones de Carles Puigdemont, en las que dice sentir temor porque "el Estado está dispuesto a todo para parar el referéndum" previsto el 1 de octubre. Rajoy le contestó: "Haré justamente lo contrario de lo que está haciendo él. El señor Puigdemont está liquidando la Constitución y la ley. Yo no haré nada fuera de la ley". E insistió en que una parte de España no puede decidir sobre el conjunto.
"Sólo soy capaz de hacer aquello que me permite la ley y creo que es positivo para defender los intereses generales de una mayoría de ciudadanos de Cataluña y de todo nuestro país", subrayó en rueda de prensa.
El presidente, que no hablaba públicamente desde su encuentro con Pedro Sánchez, evitó polémicas e insistió en que está de acuerdo con el líder socialista en lo esencial. A saber, que la consulta es ilegal y no se puede celebrar. "Hubo sintonía y un acuerdo muy general. A partir de ahí, espero que se mantenga y pueda continuar en el futuro", dijo. Y, en ese sentido, prometió una interlocución fluida tanto con Sánchez como también con Albert Rivera, de Ciudadanos.
"He hablado con algunas fuerzas sobre ese asunto y, lógicamente, lo que el Gobierno pretende es integrar. Es un tema de la suficiente entidad para que sumemos a todos en defensa de lo que hemos construido", razonó, para recetar "sentido común" con el objetivo de "llegar a una solución". Avanzó que mantendrá contactos con el PSOE y Ciudadanos con "cierta periodicidad".